domingo, 14 de septiembre de 2014

septiembre 14, 2014
ROMA, 14 de septiembre.- Un A320 de la compañía libanesa Mea (Middle East Airlines) en vuelo de Ginebra a Beirut fue escoltado por dos aviones de combate de la Fuerza Aérea de Italia y aterrizó en Fiumicino, por una amenaza de bomba que luego resultó ser falsa. El avión fue estacionado en una zona aislada del aeropuerto en Roma (donde se declaró estado de alerta máxima y donde las molestias para los usuarios se prolongaron durante unas horas): dos pistas fueron cerradas durante la operación de aterrizaje de emergencia. Según algunos testigos, se oyó un rugido probablemente debido a la superación de la barrera del sonido de parte de los dos Eurofighter de la Fuerza Aérea en la zona entre Tívoli, Guidonia y Castel Madama.

Momentos de terror para la tripulación y 118 pasajeros a bordo, conscientes del terrorismo que está poniendo en tensión a todo Occidente. El avión es libanés y cubre la ruta Ginebra-Beirut.

De acuerdo con informes preliminares, cuando el avión estaba sobrevolando el espacio aéreo italiano, el comandante de vuelo ha pedido que se le permitiera aterrizar en Fiumicino por razones de seguridad: el ok se dio cuando el A320 ya estaba a la altura de Taranto, en Puglia. En ese momento, la aeronave ha invertido el curso.


Controles de la maleta sospechosa (en la foto).

Se activó la alarma por un equipaje cuyo legítimo propietario no se encontraba a bordo. Una vez desembarcados, la policía en Fiumicino rodeó el avión. Según testigos en el lugar, en el área donde se estaciona el avión se apostaron francotiradores. Los pasajeros del vuelo fueron escoltados hasta la zona dedicada a los servicios sanitarios y fueron atendidos por el personal del aeropuerto. 

El capitán del Airbus A320 Mea (Middle East Airlines) fue escoltado por dos cazas de la Fuerza Aérea de Italia a la pista de aterrizaje.

Tras la inspección, no se encontró ninguna bomba a bordo de la aeronave. Según confirma la policía, el avión ahora está listo para reiniciar y reanudar el camino a Beirut. (Repubblica / ansa)