sábado, 9 de agosto de 2014

agosto 09, 2014
MADRID, 9 de agosto.- El estado de salud del primer español infectado por el virus del ébola, el religioso Miguel Pajares, no se hará público por expreso deseo del paciente, que permanece ingresado desde este jueves en el Hospital Carlos III de Madrid, donde la misionera Juliana Bonoha Bohé se encuentra «asintomática» y sin fiebre. El director de Juan Ciudad ONGD, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, José María Viadero, ha informado de que así se lo ha trasladado Pajares, de quien solo ha dicho que se encuentra «bien» y sobre cuya evolución tienen muchas esperanzas debido a los síntomas que presenta.


Este viernes es el segundo día de ingreso de Miguel Pajares y la monja Juliana en la sexta planta del hospital madrileño, donde se encuentran completamente aislados, asistidos y controlados por dos médicos internistas e intensivistas, cuatro enfermeras y cuatro auxiliares por turno, y personal de apoyo. La citada planta está sometida a fuertes controles y los médicos y personal sanitario que les atienden visten trajes de protección completa para evitar contacto con cualquier fluido o secreción de los pacientes.


En cuanto al estado de salud de Juliana Bonoha Bohé, el último parte médico del hospital Carlos III indica que permanece «asintomática, sin fiebre, bien hidratada y con buen estado general». A la religiosa, de 65 años, se le han practicado pruebas médicas para diagnosticar si padece malaria y si está infectada por el virus del Ébola, en ambos casos con resultado negativo.

Con todo, en cuatro días se le repetirá la prueba de detección del virus del ébola, y mientras tanto «se mantendrán las medidas de control y seguridad hasta confirmar el resultado de las sucesivas pruebas microbiológicas». Juliana Bonoha fue sometida a su ingreso hospitalario a monitorización y se le realizó «extracción de sangre para el estudio de hemograma, bioquímica y coagulación», además de extracciones para pruebas específicas de ébola y malaria o paludismo. Todas las pruebas se remitieron al laboratorio de alta seguridad del Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, según el parte médico que sí seguirá facilitándose a los medios de conformidad con la paciente. Este jueves, a las 16.52 horas, el Instituto confirmó que la prueba de malaria era negativa, por lo que se le suspendió el tratamiento antimalárico.

Tanto el centro médico como la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid han señalado que no se emitirán nuevos partes médicos de la religiosa si no se producen cambios significativos en su estado clínico, al menos, no hasta que se repita la prueba del ébola y se obtengan los resultados definitivos. De momento, los protocolos de actuación y atención a los pacientes siguen siendo idénticos a los quel jueves, cuando el hospital Carlos III recibió a Pajares y a Bohé.

Respecto a los pacientes que fueron evacuados del Carlos III, igual que los profesionales sanitarios que pasan allí consultas, la Consejería y el hospital no pueden ofrecer aún una fecha estimada para que regresen al centro y éste recupere su actividad habitual, ya que todo dependerá de la evolución de ambos pacientes.

El estado de salud de los que se quedaron en Liberia

El director de Juan Ciudad ONGD sí ha afirmado que las dos religiosas infectadas con el virus del ébola, que permanecen en el Hospital San José de Monrovia, Paciencia Melgar y Chantal Pascaline, están siendo tratadas adecuadamente «para el nivel sanitario» de Liberia. En el caso concreto de Chantal, Viadero ha dicho que anímicamente está «muy decaída». Junto a estas dos religiosas se encuentran aislados en el centro hospitalario liberiano el religioso Georges Combey, el administrador del centro Eugene Osei-Wusu y el enfermero voluntario camerunés William Ekeurm, que está atendiendo a Chantal y Paciencia, y al que Viadero ha calificado de «héroe». (EFE)