viernes, 15 de agosto de 2014

agosto 15, 2014
CIUDAD DE MEXICO, Distrito Federal, 15 de agosto.- En resumen, NII Holdings, la controladora de Nextel en América Latina, es altamente probable que se declare en bancarrota en Estados Unidos y solicite la protección del Capítulo 11 para seguir operando en lo que solucionan sus problemas financieros.

Pero esa no es la historia completa y, personalmente, no comparto con el periodismo que quiere crucificar empresas.

Vamos por partes. Era la década de los noventas y la telefonía móvil por fin se masificaba empezando por los estratos de mayor ingreso y productividad ya que, como cualquier tecnología, los primeros en adoptarla son los que pagan los precios más altos.


Justo fue Motorola quien en 1994 desarrolló la tecnología iDEN (Red Integrada Digital Mejorada por su siglas en inglés), mejor conocida como trunking o radiocomunicación de flotillas, misma que adoptó Nextel en Estados Unidos.

Este tipo de comunicación directa, junto con los primeros planes de trunking o radio ilimitado entre usuarios de la misma compañía resultó un éxito inmediato en el segmento empresarial. Como consecuencia de ello, a finales de los noventas, se creó NII Holdings para operar la marca Nextel en América Latina.

Utilizando la misma tecnología iDEN, empezó a operar en Brasil, Argentina, Chile y México aumentando su red y los beneficios internacionales que podía ofrecer a sus clientes, como llamadas más económicas a usuarios de la misma compañía en otros países.

Con esta estrategia logró captar a los clientes de mayor consumo en las empresas y si alguien quería insertarse en la cadena productiva de una compañía que utilizaba Nextel, entonces debía contratar uno también, creando un circulo virtuoso para este operador.

Posteriormente, los directivos de empresas que ya utilizaban el servicio encontraron en esta forma de comunicación la solución a sus comunicaciones privadas y familiares.

Por lo tanto, Nextel se colocó como una empresa de nicho empresarial con los más altos ingresos promedio por usuario (ARPU por sus siglas en inglés).

No obstante, la tecnología avanzó y las preferencias de los consumidores –incluso los empresariales– cambiaron. La voz pasó de ser la reina a una aplicación secundaria en el ecosistema de las telecomunicaciones.

Los teléfonos inteligentes con capacidad de enviar y recibir correos electrónicos revolucionaron el mercado. 

La voz como ventaja competitiva de Nextel, ya no lo era tanto. La proliferación de dispositivos para tecnologías como GSM y CDMA era abismalmente mayor a los teléfonos iDEN.

La diferenciación de su servicio radicaba en la comunicación directa ilimitada o Push-to-Talk, y tanto los planes de llamadas ilimitadas entre familiares y amigos de la competencia, así como los datos en los teléfonos inteligentes surgían como un gran sustituto de Nextel. Así fue como empezó el declive.

Fue en el 2005 cuando Nextel en Estados Unidos se fusionó con Sprint, otro operador de telecomunicaciones de ese país, y vendiendo todas las operaciones en América Latina a NII Holdings. Para el resto de las filiales de Nextel, a finales de la década del 2000, la estrategia era clara, había que renovarse. 

La migración a una tecnología móvil que permitiera un uso más eficiente del espectro para datos era indispensable. Sin embargo, hacer eso no son enchiladas como diríamos en México.

En lo que se conseguía el nuevo espectro, así como la inversión en redes de nueva generación, Nextel poco a poco fue perdiendo valiosos clientes de alto gasto en comunicaciones, que estos a su vez, por ser empresariales, cambiaban a toda su empresa de proveedor asestando duros golpes a las saludables finanzas del operador internacional.

Y un parteaguas de la historia fue el apagón de la red iDEN de Sprint en Estados Unidos a mitad del 2013, ya que con esto varias personas que utilizaban el Nextel para la comunicación transfronteriza se quedaron sin servicio con su contraparte y tuvieron que migrar a otros operadores y plataformas.

Por ejemplo, en México, Nextel ha perdido un millón de usuarios en el último año, desde junio del 2013 cuando contaba con casi 4 millones de usuarios a casi 3 millones en junio del 2014.

Actualmente, Nextel ya ofrece servicios de nueva generación con atractivos planes de datos y voz para sus usuarios pero el estigma de su diferenciador de comunicación de radio no ha logrado captar a la nueva ola de empresarios latinoamericanos y se espera que con el cambio de imagen logren transmitir que es una empresa renovada. Esto no sucederá de la noche a la mañana.

La industria de las telecomunicaciones tiene lentos retornos a la inversión, lo cual quiere decir que la infraestructura construida hoy tardará algunos años en rendir frutos.

Con la inminente quiebra por falta de recursos para pagar sus deudas debido a la disminución de ingresos en el último año podemos esperar que Nextel se deshaga de las filiales menos redituables y ponga especial énfasis en reconstruir las más productivas.

Por lo pronto, el Capítulo 11 no quiere decir que los usuarios vayan a perder su servicio contratado, sino que es la última llamada para revertir la negativa tendencia de un exitoso negocio que una vez más fue rebasado por la tecnología. (José Carlos Méndez/Unocero)