sábado, 30 de agosto de 2014

agosto 30, 2014
GUATEMALA, 30 de agosto.- Representantes de la comunidad Toras Jesed interpusieron dos denuncias en la Fiscalía, en las cuales argumentan  situaciones de discriminación a las que fueron sometidos, como amenazas, corte  de  agua entubada  y energía eléctrica en San Juan La Laguna.

Se reubican
Durante  la mañana de ayer, los integrantes del grupo se reubicaron en un edificio  de la zona 9 en donde años atrás funcionó la Dirección General de Migración.

Uriel Goldman, uno de los representantes del grupo, dijo que permanecerán temporalmente en el edificio, mientras encuentran un área fuera de la capital, debido a que no es un sitio apropiado para  30 familias. Agregó que alquilaron seis pisos del edificio y una vivienda contigua, donde  ubicarán a 200 personas, entre adultos y niños.

Goldman explicó que el alquiler lo pagarán con sus ahorros y con donativos de personas que incluso les han proporcionado  verduras y otros alimentos.

SAN JUAN LA LAGUNA Guatemala (Reuters) - Unos meses después de mudarse desde Canadá a una remota zona de Guatemala en busca de libertad religiosa, un grupo de judíos ultra ortodoxos han sido obligados a dejar sus casas debido a un amargo conflicto con pobladores hostiles.

La comunidad de Lev Tahor empacó el viernes sus pertenencias en San Juan la Laguna, a unos 150 kilómetros al oeste de la Ciudad de Guatemala, para abordar autobuses con rumbo a la capital después de semanas de fricciones con algunos miembros de la población indígena.

Abuso verbal, amenazas de cortar la electricidad y desalojarlos por la fuerza fueron las gotas que derramaron el vaso para que los judíos de Lev Tahor, que empezaron a llegar en marzo procedentes de Canadá, donde sus estrictas prácticas religiosas los habían enfrentado con las autoridades.

Fundado en la década de 1980 por el israelí Shlomo Helbrans, Lev Tahor practica una austera forma de judaísmo, que le ha ganado la admiración de algunos judíos por su devoción y la condena de otros que lo consideran un tipo de secta de culto.

Helbrans no quiso ser entrevistado en Guatemala, pero otro líder del Lev Tahor en San Juan, el rabino Uriel Goldman, respondió preguntas acerca del grupo, que concedió un amplio acceso a Reuters mientras se preparaba para dejar la comunidad junto al lago.

Goldman aseguró que la mayoría de los pobladores eran amables con los hombres, mujeres y niños vestidos de negro del Lev Tahor, pero que el grupo se había visto forzado a salir de ahí por una agresiva minoría que, dijo, eran alentada por políticos locales.

"No entiendo por qué no nos quieren si no hacemos nada malo aquí", dijo el barbudo Goldman, quien como otros hombres de la comunidad, cuyo nombre significa "Corazón puro" en hebreo, tiene su cabeza rapada y un largo rizo colgando de cada lado de su cara debajo de un sombrero negro.

De acuerdo con Goldman, un consejo de ancianos en San Juan le dio un ultimátum a Lev Tahor, advirtiendole que cortarían el agua y la electricidad si no se iban.

ÉXODO. Miembros de la comunidad judía cargan sus pertenencias en un camión antes de abandonar el pueblo guatemalteco de San Juan La Laguna, tras ser obligados a salir de allí por diferencias con la comunidad de la etnia maya Tz'utujil. (Foto: JORGE DAN LÓPEZ / REUTERS)

Acerca de lo ocurrido en  San Juan La Laguna, refirió que están en paz y agradecidos con las personas de  la comunidad que se solidarizaron con ellos.  “Teníamos derecho de quedarnos, pero no quisimos pelear, somos hombres de paz”, enfatizó Goldman.

El grupo sostuvo una reunión el miércoles último con el Consejo de Ancianos de San Juan La Laguna y con delegados de la Procuraduría de Derechos Humanos, pero no llegó a ningún acuerdo, por lo que decidieron abandonar el lugar.

Los vecinos afirman que los judíos se comportaban de manera prepotente y se bañaban   desnudos en la playa pública.

La Procuraduría de Derechos Humanos se pronunció a través de un comunicado en el que rechaza las amenazas proferidas contra la comunidad judía ultraortodoxa y califica los hechos acaecidos en San Juan La Laguna como “humillantes y discriminatorios”.

Cifra

230 personas de la comunidad judía fueron expulsadas de San Juan  La Laguna.

Ataques crispados de racismo

En una tensa crisis con destellos de violencia, una comunidad de 220 colonos judíos ortodoxos entró en un choque religioso con la etnia maya Tz’utujil en Guatemala… a más de 12 mil kilómetros de distancia de las entrañas del añejo conflicto territorial entre judíos y palestinos.

Con un cruce de ataques crispados de racismo ante la estatal Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala (PDH), los indígenas acusaron a los judíos de pretender un adoctrinamiento religioso en sus aldeas, de discriminación y de ahuyentar el turismo y exigieron que sean expulsados para defender sus antiguas creencias.

Los ortodoxos —originarios de México, Guatemala, Israel, Reino Unido y Rusia, en su mayoría de Estados Unidos y asentados desde 2008 a orillas del lago de Atitlán, en el poblado de San Juan La Laguna del suroccidental departamento de Sololá— replicaron que viven bajo amenaza de linchamiento maya y que ya hay agresiones.

Tras denunciar que, como parte del acoso, les fue suspendido el servicio de agua potable en sus casas, confirmaron que ya decidieron salir del pueblo, pero pidieron ocho meses de plazo para organizar su éxodo.

“La situación es terrible: mucha intolerancia en ambas partes”, en un lío agravado por factores religiosos entre hebreos, católicos, evangélicos y otras denominaciones en la zona, reveló una fuente municipal de Sololá a EL UNIVERSAL. Un diálogo del Consejo de Ancianos de San Juan y una comitiva de los judíos, con auspicio de la PDH, concluyó esta semana sin éxito y con mayor tensión.

Tras culpar a los ortodoxos de prepotentes y de maltratar las tradiciones mayas, como la velación de muertos, el indígena guatemalteco Bartolomé Cholotío relató en la reunión que en el poblado “hay cambio, un choque”. Los judíos ni saludan y se bañan desnudos en el lago, adujo.

"Ataque a la cultura"

Tras descartar un linchamiento, el guatemalteco Diego Cotiy Mas, miembro del Gran Consejo de Autoridades Ancestrales Mayas, Xinkas y Garífunas, máxima representación indígena y afrodescendiente de Guatemala, dijo a este diario que el lío con los judíos ortodoxos es que “son muy violentos, agresivos, abusivos. Es su carácter y su cultura y quieren adoctrinar con su credo religioso, cosa que no convenía”.

“Atacaron la cultura maya. Nadie puede venir a quebrantar las costumbres de los pueblos originarios de Guatemala. Querían adoctrinar con el lema de la ortodoxia, pero las poblaciones tienen sus principios en su cosmovisión maya. El Consejo de Ancianos (de San Juan) vio con malos ojos el actuar de esta gente”, agregó.

Por su parte, tras relatar en la reunión la agresión a su comunidad, Misael Santos —guatemalteco convertido al judaísmo ortodoxo— pidió “seguridad” y tiempo para “adecuar el área que tenemos para movernos”.

Denuncian intolerancia

En una entrevista con este periódico, Santos explicó que los principales problemas con los indígenas son “la intolerancia hacia nuestras creencias y nuestra forma de vestir” y el “conflicto religioso”.

Además, Santos subrayó que “no discriminamos a nadie y respetamos las culturas de los países que nos acogen”.

Tras negar que acostumbren desnudarse en el lago cuando se bañan, relató que a veces “se quejan de que no nos bañamos. Es una contradicción. Argumentan muchas mentiras”. Ante la presión indígena, aclaró, “no es que aceptamos salir, es que necesitamos salir. Ya los indígenas dijeron públicamente que el pueblo se levantaría contra nosotros a lincharnos. Por eso es que salimos, aunque tenemos derecho de estar allí”.

Por seguridad, subrayó, “por ahora no diremos” donde estará el nuevo asentamiento, al que comenzaron a emigrar este viernes. (Reuters / Spiegel / José M. Patzán / Prensa Libre / El Universal)