martes, 12 de agosto de 2014

agosto 12, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

Parece mentira que mientras más avanza su período gubernamental, más egocentrista se convierte Rolando Zapata Bello, al celebrar su cumpleaños inaugurando las estaciones o las casetas, como lo quieran llamar, del Parque Lineal o Paseo Verde que, por cierto, era pura maleza hasta hace unos días, y porque el señor llegaba ayer y tan es así, que no les quedó tiempo para levantar todo el pasto que cortaron quedando éste todo apelmazado en el área y propiciando con ello más de un tropiezo, sobre todo de parte de las damas, puesto que todo el pasto cortado cubría algunas irregularidades propias del terreno.

En verdad, nada tiene de malo celebrar su cumpleaños haciendo esas inauguraciones; lo malo está en convocar, con el pretexto de su aniversario de natalicio, a toda la burocracia para que lo vayan a felicitar y aplaudir como si todos lo quisieran tanto o como si todos estuviesen pendientes de esa fecha.

¿No se da cuenta que cae mal ese tipo de acciones? ¿No se dan cuenta quienes lo asesoran que está haciendo el ridículo? Pero tiene que recurrir a esas artimañas para que el pueblo piense que lo quieren mucho, contratando a músicos, a cómicos haciendo chistes, algunos de mal gusto, incluso llevando al mariachi de la Policía y la verdad es que la asistencia estaba cinco a uno en cada una de las estaciones en las que se detuvo, como si fuera un viacrucis. ¿Qué quiero decir con este cinco a uno? Que por cada parroquiano asistente, había cinco burócratas.

Para hacerse de la gente, señor Gobernador, se requiere ser gobernante en toda la extensión de la palabra: me tocó ver a Agustín Franco Aguilar, Torres Mesías, Carlos Loret de Mola, Francisco Luna Kan, Graciliano Alpuche Pinzón, Víctor Cervera (interino), Víctor Manzanilla Schaffer, Dulce María Sauri (interina), Ricardo Ávila Heredia (encargado del despacho), Federico Granja Ricalde, Víctor Cervera Pacheco, Patricio Patrón Laviada, Ivonne Ortega y el actual, Rolando Zapata, y de todos los nombrados, hoy por hoy sigo escuchando su nombre a donde voy.

Me refiero a don Víctor Cervera Pacheco. Él no tenía que convocar gente para su cumpleaños. Simplemente lo vi un día cruzar a la Plaza Grande para que le boleen sus zapatos y conté a más de 200 personas a su alrededor; el entonces Gobernador, de una manera amable y cordial, escuchó a quienes le hablaban, platicándole y contándole cosas de Yucatán, y el entonces Mandatario contestándole a quienes se le dirigían.

Ese señor sí fue un líder. Ese señor sí fue un gobernante porque a donde iba, la gente asistía; en donde hablaba, la gente escuchaba; ahí está la famosa isla Cervera que tanto criticaron, hoy es del detonador turístico de todo Yucatán y la entrada de grandes consorcios, etcétera.

En su tiempo se construyó el Siglo XXI, el lugar donde se dan las grandes convenciones y grandes eventos. El complejo deportivo de Inalámbrica, el "Palacio de cristal" y qué decir de la UTM, de la Universidad del Sur y de los tecnológicos que se abrieron en Oxkutzcab, en Motul y Progreso, así como los más de setenta Cobays que hay en Yucatán.

Por otro lado, el campo era trabajado, creo que he mencionado algunos hechos por los que se quiso y se quiere aún a un hombre que no sólo fue visionario, sino que quiso mucho a su Estado.

Se pueden decir muchas más cosas, pero no tiene caso.

Sr. Rolando Zapata, para que lo celebre su pueblo, tiene que trabajar, tiene que querer a Yucatán, tiene que entregarse a su Estado y le aseguro que no tendría que mover a toda la maquinaria de la burocracia para todos los actos que hace, muchos de ellos insulsos y costosos tan sólo para aplaudirle. Ya en un acto de este tipo en el Gran Museo del Mundo Maya resultó seriamente lesionada una maestra por irle a aplaudir.

Lo único que le tengo que decir, señor Rolando Zapata Bello, o más bien le solicito de manera cordial, es que gobierne como debe ser. 

Es cuanto.