viernes, 29 de agosto de 2014

agosto 29, 2014
MOSCÚ, Rusia, 29 de agosto.- El presidente ruso, Vladímir Putin, ha hecho un llamamiento a los rebeldes del este de Ucrania para que abran corredores humanitarios por los cuales pudieran retirarse los soldados de las fuerzas gubernamentales que están cercados. Los separatistas afirman que hay tres "ollas" -como llaman a la zonas donde se han visto bloqueadas tropas de Kiev-, pero el Gobierno de Petro Poroshenko  solo reconoce la existencia de un único grupo de militares embolsados, sin posibilidad de recibir refuerzos y prácticamente condenados a muerte si no se les da la posibilidad de retirarse.
Putin (foto de Reuters el miércoles en Minsk): "Es evidente que las milicias han obtenido importantes éxitos".

Putin ha comenzado su mensaje constatando que "es evidente que las milicias han obtenido importantes éxitos" en sus combates para frenar la operación lanzada por las fuerzas gubernamentales en el este de Ucrania. Esta operación constituye, dijo, "una amenaza mortífera y que ya ha provocado enormes pérdidas entre la población civil".

"Como resultados de las acciones de las milicias, una gran cantidad de militares ucranios, que participan en la operación armada, aunque no por voluntad propia sino cumpliendo órdenes, ha caído en un cerco. Llamo a las fuerzas de las milicias a abrir un corredor humanitario para los militares ucranios que están bloqueados con el fin de evitar víctimas inútiles, permitirles abandonar libremente la zona de combates, reunificarse con sus familias, devolverlos a sus madres, esposas e hijos, y prestar urgentemente ayuda médica a los heridos", se dice en el mensaje de Putin.

 El líder ruso finaliza instando a Kiev a "detener inmediatamente las acciones militares" y a "sentarse en la mesa de negociaciones con los representantes de Donbás" es decir, de Donetsk y Lugansk, para resolver todos los problemas "exclusivamente por la vía pacífica".

El llamamiento de Putin fue divulgado después de que se reuniera el Consejo de Seguridad de la ONU, convocado a petición de Ucrania que acusaba a Rusia de haber enviado a sus soldados a combatir en su territorio. En esa reunión, el jefe de asuntos políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, advirtió que las acusaciones eran graves, pero dijo no tener confirmación independiente de los hechos.

"No podemos ignorar las inquietantes informaciones de la involucración militar rusa en esta nueva ola de escalada. De confirmarse, constituiría una contravención directa del derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas. La ONU no tiene medios independientes para verificar este tipo de información y la Federación Rusa la ha rechazado tajantemente", señaló Feltman, quien llamó a los países miembros a «redoblar los esfuerzos» para solucionar la crisis.

Sin embargo, el Consejo de Seguridad no aprobó la propuesta de resolución impulsada por Rusia en la que se llamaba a un alto el fuego inmediato en el este de Ucrania.

La OTAN -a través del general holandés Nico Tak, responsable del centro de gestión de crisis que la Alianza tiene en la ciudad belga de Mons- ha afirmado que más de 1.000 soldados rusos están "operando" en territorio ucranio, lo que calificó como "una escalada significativa" en la involucración de Moscú. El Kremlin niega categóricamente que oficialmente tenga militares suyos combatiendo al lado de los separatistas, pero reconoce que allí hay voluntarios, como en su tiempo los hubo en Yugoslavia.

Alexandr Zajárchenko, el primer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, respondió de inmediato a Putin y se mostró de acuerdo en abrir corredores humanitarios para que los soldados ucranios puedan retirarse, pero puso una condición: que los militares dejen las municiones, armamento y vehículos militares en el lugar para impedir que en el futuro puedan ser usados nuevamente contra los rebeldes.

La contraofensiva lanzada esta semana por los separatistas ha sido exitosa y sus principales victorias son la toma de dos puntos estratégicos: la colina Saúl-Moguila -que controla el camino hacia las ciudades tanto de Donetsk como de Lugansk, los dos bastiones separatistas- y Novoazovsk, ciudad en el mar de Azov que les ha dado salida a este mar interior y le ha abierto la vía hacia Mariúpol, segunda ciudad en importancia de la región. (Rodrigo Fernández / El País)