lunes, 7 de julio de 2014

julio 07, 2014
WASHINGTON, Estados Unidos, 7 de julio.- Los huesos fosilizados de las alas de un ave de 6.4 metros de longitud pertenecieron al ave más grande de la historia, según una investigación divulgada este lunes.

Las alas de este Pelagornis sandersi son el doble de grandes de las del Albatros real actual, de acuerdo con la investigación publicada en las Actas de la Academia Nacional de las Ciencias (PNAS, por sus siglas en inglés).

Con su largo pico con dientes afilados, el animal era capaz de sobrevolar extensiones de mares en busca de una presa hace entre 25 y 28 millones de años atrás.



No obstante, es probable que el ave necesitara de una plataforma para alzar el vuelo, debido a que sus alas eran demasiado largas para permitirle despegar desde el suelo.

Los expertos creen que debía impulsarse desde promontorios naturales y aprovechar las corrientes de viento para lanzarse al aire como un planeador.

El autor de la investigación, Dan Ksepka, que trabaja en el Centro Nacional de Síntesis Evolutiva (NESCent, por sus siglas en inglés) de Durham, Carolina del Norte, explicó que el pájaro, una vez en el aire, era capaz de volar kilómetros sin batir las alas.

"Esto es importante sobre el océano, donde el alimento se encuentra disperso", afirmó.

El Pelagornis vivió tras la extinción de los dinosaurios, pero antes de la aparición de los primeros seres humanos en América del Norte.

Las alas de esta ave, sus patas y su esqueleto completo fueron descubiertos por primera vez en 1983 cerca de Charleston en Carolina del Sur, durante las obras de construcción de un aeropuerto.


"El hueso superior del ala era más largo que mi brazo", mencionó Ksepka, y recordó que se necesitó una excavadora para desenterrarlo.

A juzgar por los huesos hallados, la envergadura de las alas era de entre 6.06 y 7.38 metros, afirman los investigadores en el artículo.

Con 6.4 metros de largo, la de la argentina magnífica (Argentavis magnificens), cuyas osamentas datan de 6 millones de años, detentaba el récord de la mayor envergadura hasta el momento.

Este nuevo hallazgo arroja luz sobre las sorprendentes capacidades de este animal que pertenecía a la familia de los Pelagornis, aves prehistóricas marinas de gran envergadura y dientes en el pico, así como sobre las circunstancias de su desaparición hace 2.5 millones de años.

Estos pájaros eran excelentes planeadores y se han encontrado sus rastros en todos los continentes, lo que hace aún más misteriosos los motivos de su extinción, dice el investigador.

Identifican restos fósiles


Así, los científicos han identificado los restos fósiles de un ave que, con una extensión de más de siete metros de punta a punta de sus alas, puede haber sido el pájaro más grande que haya existido en la Tierra, informó hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los restos fueron encontrados en 1983 en Carolina del Sur (EE.UU.) por el voluntario James Malcom, del Museo de Charleston, durante las excavaciones dirigidas por Albert Sanders para una nueva terminal del Aeropuerto Internacional de esa ciudad.

La criatura, bautizada por los científicos como Pelagornis sandersi, debe haber sido un planeador extremadamente eficiente con alas largas y esbeltas que le ayudaban a mantenerse en el aire a pesar de su tamaño, según los investigadores.

El espécimen era tan grande -dos veces más grande que el albatros real, el ave actual de mayor tamaño- que los investigadores tuvieron que sacar los restos con una pala mecánica.

El artículo señaló que los científicos han calculado que el ave vivió hace entre 28 millones y 24 millones de años, esto es, después de la extinción de los dinosaurios y antes de que los primeros seres humanos poblaran la región.

Esas aves existieron en todas partes de la Tierra durante decenas de millones de años, pero desaparecieron hace unos tres millones de años durante el período plioceno.

Los paleontólogos no han determinado la causa de su extinción.

Los restos del Pelagornis sandersi incluyen huesos huecos y finos, patas cortas y alas enormes, por lo cual puede deducirse que el ave no era muy elegante en tierra pero debe haberlo sido en el aire.

La cuestión que encararon los científicos era determinar cómo podía levantar el vuelo y mantenerse en el aire un animal cuyas dimensiones y peso excedían los áximos que se consideran posibles para las aves voladoras.

Mediante modelos realizados por computadora, los científicos concluyeron que el Pelagornis sandersi probablemente despegaba corriendo colina abajo de cara al viento o aprovechando las corrientes de aire para izarse como lo hacen los planeadores conocidos como ala delta.

La presencia de púas óseas similares a dientes en la mandíbula del fósil permitió a Ksepka identificar los restos como pertenecientes a una especie, antes desconocida, de Pelagornithidae, un grupo extinto de aves marinas gigantescas.

"Los pelagornítidos eran criaturas como salidas de una novela fantástica", apuntó Ksepka, quien añadió que "no hay nada parecido a ellos actualmente". (AFP/AP)