domingo, 27 de julio de 2014

julio 27, 2014
Opinión de JMRM

El consejero estatal panista Dr. Juan Manuel Martín Sabido recibió el día de ayer una visita nada agradable en su muro.


"Iniciamos el viaje. Dios va con nosotros", fue el comentario que publicó el galeno minutos después de la medianoche, posiblemente en referencia a sus vacaciones. Siete minutos después, recibió la siguiente respuesta de Martha Montero Rodríguez, quien lidera un movimiento que al parecer está contra todo y todos, escribiendo tras el seudónimo "Nuestra Blanca Mérida":

"Dios no va con quien apoya el pecado, la corrupción. Lección de doctrina elemental".

¿Le está deseando la muerte (que Dios lo abandone) a Martín Sabido? ¿qué pudo hacer ese señor para merecer tal maldición?

"Gracias Marthita, saludos... Ten la seguridad que a mentirosos y manipuladores como tú, jamás los apoyare", contestó el agraviado, defendiéndose como es su derecho tras ser acusado de pecador y corrupto.

La discusión continuó, logrando Nuestra Blanca Mérida posar como la víctima a pesar de haber sido ella quien ofendió, de manera completamente gratuita, a Martín Sabido.

No se necesita ser experto en política para "sospechar" que ése era el plan de "Blanca Mérida" desde el principio: provocar, recibir respuesta y hacerse la víctima después de ello.

Es conocido el nexo de amistad e "ideales" (a falta de una mejor palabra) entre Martha Montero Rodríguez y Guillermo Barrera Fernández, quien fue señalado por "presuntamente" amenazar con golpear a una diputada en junio de 2011 cuando cubría la fuente (Congreso del Estado) y despedido de su trabajo como reportero en diciembre de 2012.

¿Le habrá cedido Montero a Barrera la cuenta de Nuestra Blanca Mérida? ¿Será de uso compartido? ¿O está simplemente siguiendo sus instrucciones? ¿Qué motivos puede tener ella para hacer lo que hace?

A casi dos años de que el alcalde Renán Barrera Concha se negó a darle la Dirección de Cultura o, en su defecto, $30 mil al mes (según confirman varias fuentes), resulta ya enfermiza y asqueante la fijación del desprestigiadísimo Barrera Fernández y sus huestes no sólo con el alcalde, sino con los panistas en general.

Digamos que GBF tiene razón y Renán Barrera sí le prometió en algún punto algo concreto ¿eso obliga a todos los meridanos a mantener con su predial a ese sujeto por tres años? ¿qué le debemos a un tipo cuyo único logro en la vida fue una mención en un librito del Ayuntamiento hace 16 años?

Si hay algún asunto pendiente entre los dos Barrera claramente es de carácter personal y privado, y presentarlo como una "lucha ciudadana" es un insulto a la inteligencia de los votantes. En política, las intenciones importan y mucho.

La fijación de Barrera Fernández con el PAN no sólo lo ha llevado a dejar atrás la playera azul con el logo del partido que usaba cuando escribía sus notas y opiniones en el CDE e iba a los eventos de campaña de Joaquín Díaz Mena como una quimera entre reportero y simpatizante, sino a hacer el equivalente en la red a ir de madrugada y tirar huevos en su fachada.

Estamos ante un berrinche de niño chiquito a quien su papi no le compró una paleta que, al saber que todos lo señalarán como resentido, envía a su séquito, a sus huestes, a hacer su trabajo sucio y montar burdas provocaciones en los espacios personales en la red de sus "enemigos", quienes se negaron a darle "lo que merecía" (con nuestro dinero, cabe reiterar).