miércoles, 2 de julio de 2014

julio 02, 2014
PARÍS, 2 de julio.- Tras haber pasado más de 15 horas en un interrogatorio judicial, Nicolas Sarkozy, ex presidente de Francia, fue dejado libre por el momento. Luego, el ex mandartario declaró en entrevista televisada que el sistema penal de Francia quiere humillarlo y destruirlo al acusarlo en una investigación por corrupción.

El ex líder del partido conservador fue interrogado como parte de una investigación penal en relación a las acusaciones de que recibió 50 millones de euros (67 millones de dólares) en fondos de campaña ilegales del fallecido dictador libio Muamar Gadafi hace varios años.

La reaparición de Sarkozy tuvo lugar en una cadena afín al ex mandatario conservador, TF1, cuyo propietario, Martin Bouygues, es una de las mayores fortunas de Francia y padrino de uno de los hijos del ex presidente. Consultado sobre si será candidato a liderar a la oposición conservadora, el ex jefe de Estado dijo que lo decidirá en setiembre próximo, antes de las internas partidarias.

Sarkozy dijo a la televisora TF1 TV y Europe-1 en una entrevista transmitida el miércoles que fue detenido un día antes en las oficinas de la policía de París por "un deseo de humillarme".

Negó las acusaciones y dijo que "parte del sistema penal está siendo usado para fines políticos".

El caso surge mientras el político de 59 años trata de volver al centro de la política junto a su debilitado partido UMP.

Horas antes, el auto del ex presidente salió en plena noche del estacionamiento del tribunal, en un recuerdo televisado de cuántos miembros de la elite política francesa deben responder por sus fechorías cuando estaban en funciones.

El dirigente de derechas, que intentaba regresar a los primeros planos políticos al frente de su partido UMP, había pasado horas en un interrogatorio judicial. Su abogado, Thierry Herzog, y el magistrado Gilbert Azibert también fueron interrogados.

Sarkozy está acusado de acudir a sus aliados políticos para obtener información acerca de una serie de investigaciones vinculadas con finanzas de campaña. Ha rechazado enérgicamente las acusaciones.

"La situación es grave. Los hechos son graves", dijo el primer ministro francés Manuel Valls a la televisora BFM. "Pero como jefe del gobierno, pido que recordemos la independencia del sistema judicial, que debe realizar su tarea serenamente. Que nadie está por encima de la ley es el segundo principio. Y tercero, es importante recordar la presunción de inocencia".

El centro de las investigaciones es la denuncia de que Sarkozy aceptó 50 millones de euros (67 millones de dólares) en fondos de campaña ilegales del entonces dictador libio Muamar Gadafi. No se lo ha condenado por ello.

Valls dijo que la investigación era realizada por una nueva fuerza a cargo de delitos financieros independientemente del gobierno socialista, que derrotó a Sarkozy en las elecciones de 2012.

"Es un hecho más que erosiona la imagen de la clase política porque da la imagen de un grupo todopoderoso que cree estar por encima de la ley", dijo Jean Garrigues, especialista en historia política en la Sorbona.

Los abogados de Herzog y Azibert dijeron que les formularon cargos preliminares de tráfico de influencias.

Tras una mayor investigación, los jueces determinarán si existen méritos para realizar un juicio. (AP / Paris Match)