miércoles, 2 de julio de 2014

julio 02, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

Resulta lamentable, penoso que una persona seria como según parece es el Gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, se preste para llevar a cabo mitotes y celebrar en un acto su gran ascensión a la gubernatura con un asqueroso triunfalismo que no cabe, puesto que todos sabemos que él ganó y que ese tipo de actos, lejos de agradar a la sociedad, la irritan, porque como servidor público que es, él y todos sus correligionarios deberían celebrar ese triunfo con trabajo, con hechos que en verdad hagan brillar su gestión, creando empleos, pero empleos fijos y bien pagados, trayendo grandes inversiones, instalando industrias.


Yucatán es un Estado que vive del presupuesto de la Nación, ya que no genera muchos recursos. En vez de estar en escenarios levantando los brazos, celebrando una victoria que todos sabemos fue, debería preocuparse porque el Estado tenga a bien recibir inversiones nacionales, extranjeras y propias de la región.

Hace unos días, leí que Yucatán no resultaba atractivo para los grandes inversionistas. Yo le pregunto a Usted qué está haciendo para atraer a esos inversionistas.

Yucatán es un Estado que por sus propias características y su ubicación geográfica puede ser un polo industrial en el cual se procesen muchos recursos que tenemos, como por ejemplo, toda la costa, fábricas de enlatados, de especies marinas. En toda la región de Sinanché, Yobaín, Dzidzantún, Motul, etcétera, que por excelencia es zona hortícola, se pueden procesar muchos de los productos que se cultivan, como el tomate, el chile habanero, y que no sean empresas familiares, sino grandes consorcios.


Esa zona sur, agrícola, de tantos productos que da el campo, cítricos, aguacates, papayas, en fin, tantas y tantas frutas, ¿por qué no se establecen grandes industrias para procesar todos esos productos y lanzarlos a mercados locales, nacionales, incluso internacionales?

Somos grandes productores de cerdo y de res y aún estamos en pañales en sus sistemas de producción. Después de la cochinita pibil enlatada que se elabore en Yucatán con carácter de exportación. Que se apliquen todas las investigaciones que se han hecho al respecto y que no queden sólo en las videotecas y bibliotecas.

Qué me dicen de la producción de miel, que sigue siendo artesanal cuando debería ser empresarial. Nuestra miel es muy bien cotizada, según sé, en mercados extranjeros. ¿Por qué no invitar a especialistas tecnológicos y productores para diseñar proyectos y ofertarlos a los grandes inversionistas para que el Estado pueda despegar?


Tal parece ser una versión corregida del anterior gobierno. El anterior gobierno eran discursos con llantos, grandes fiestas y la señora entraba bailando hasta jarana a veces, y usted vive corriendo, sonriendo y levantando el brazo en señal de una victoria de hace dos años.

Señor Gobernador, exíjales a sus niños --que en su mayoría la están regando-- que se pongan la camisa de Yucatán y generen grandes proyectos, producciones y avances por el Estado. De lograr esto, no sólo los ciudadanos se lo agradecerán y reconocerán, sino Usted pasará a la historia como un joven gobernador que sí se preocupó por el desarrollo de su Entidad.


Me daría mucha pena que al final de su administración que los que lleguen al relevo y la prensa digan que el Gobernador dejó un Estado quebrado y endeudado, tal cual ocurrió cuando Usted lo recibió, al grado que se tomaron medidas drásticas en el gasto corriente y administrativo.

Usted tiene la respuesta a esta situación que no es sólo del Yucatán, lo sé, sino que es nacional e incluso internacional, pero todo puede modificarse para mejorar.

Invite a las grandes industrias automovilísticas, a las de aeronáutica a ver si es factible fabricar, si no aviones,  al menos avionetas y helicópteros, pero no esté en pantomimas de falsos triunfalismos.

El desarrollo de un Estado no sólo se logra con entregar computadoras, máquinas de coser, etcétera, sino con gran visión productiva empresarial.

Es cuanto.