jueves, 31 de julio de 2014

julio 31, 2014
FRANCIA, 31 de julio.- Raymond Bardet, de 72 años, es alcalde de Ville-la-Grand, un pueblo francés de 8.000 habitantes cercano a la frontera suiza, y en su momento se significó en contra del matrimonio igualitario.


Ahora se ha tenido que tragar sus palabras tras la salida del armario de su hijo, que le pidió además que fuera él quien celebrara su boda. Bardet, de ideología conservadora (aunque no afiliado a ningún partido), llegó a organizar una parodia de boda gay para burlarse de los que reivindicaban el derecho al matrimonio igualitario.

Fue en enero de 2013 cuando Bardet organizó una parodia de boda entre su director de servicios técnicos y su responsable de comunicación (con uno de ellos ataviado con un velo de novia). No se trató de un acto reivindicativo a favor del matrimonio igualitario, sino de una forma de burlarse de dicha reivindicación y de dejar clara su oposición a celebrar en el futuro bodas entre personas del mismo sexo. Aunque el gesto homófobo de Bardet pretendía ser una “broma”, conviene recordar que por aquel entonces los sectores más conservadores de la sociedad francesa se movilizaban contra el matrimonio igualitario, que aún no era legal en Francia, con una virulencia extrema y sin parangón en cualquier otro de los países europeos que han acabado por aprobarlo.

Por aquellas fechas Bardet desconocía la homosexualidad de su propio hijo, de 40 años de edad, y que vive en París. El hijo (resulta comprensible, conociendo al personaje) le había ocultado buena parte de su propia vida, como el propio Bardet reconoce ahora. Finalmente, hace dos meses, decidió salir del armario ante su padre, y lo hizo por la puerta grande: pidiéndole además que celebrara su boda con otro hombre. Tras pensarlo brevemente, Bardet aceptó, y de hecho casó a la pareja hace ahora una semana, sin que ello parezca haberle supuesto problema de conciencia alguno. “Mi hijo se casaba, no era cuestión de confiárselo a nadie más. Si hubiera pedido a un asistente celebrar el matrimonio, la gente podría pensar que yo denigraba a mi hijo o que estábamos peleados”, explica. “En absoluto, yo soy su padre, me correspondía a mi celebrar su unión, como hice con su hermana. Yo no conocía a su compañero, es un hombre de bien, forman una buena pareja”, añade además.

Curiosamente, Bardet sigue afirmando que él es contrario al matrimonio entre personas del mismo sexo. “No he cambiado de opinión. No creo que sea esto lo que quiere la naturaleza. Pero no soy militante, nunca saldría a manifestarme a la calle”, sostiene ahora. Bardet también asegura que no casará a más parejas del mismo sexo. “Celebro muy pocas bodas. Son los asistentes los que se encargan. Es muy raro. Pero no celebraré más bodas gays. Esta la he hecho porque era mi hijo”, argumenta. (Dos Manzanas)