sábado, 21 de junio de 2014

junio 21, 2014
CASSANO ALLO IONIO, Cosenza, 21 de junio.- “El primer gesto de mi visita pastoral es el encuentro con vosotros, de la Casa prisión de Castrovillari, dice Francisco. En este momento me gustaría expresar la cercanía del Papa y de la Iglesia con cada hombre y cada mujer que se encuentra en prisión, en cualquier parte del mundo. Jesús ha dicho: “Estaba en la cárcel y habéis venido a verme”. Bergoglio no ha usado nunca la palabra “detenidos”, presente en el discurso previsto, sino que siempre ha llamado “amigos” a los encarcelados presentes en la estructura.

El Papa arremetió hoy contra la violencia sobre los niños en la etapa de su visita a la región italiana de Calabria, zona donde apenas unos meses atrás la mafia ‘Ndrangheta asesinó y quemó a Cocó Campolondo, un pequeño de tres años.

“En las reflexiones que tienen que ver con vosotros –ha continuado el Pontífice-- se subraya el tema del respeto de los derechos fundamentales del hombre y la exigencia de correspondientes condiciones para cumplir la pena”. Este aspecto de la política penitenciaria es “ciertamente esencial”, subraya Bergoglio, y la atención a propósito debe permanecer siempre alta. Pero tal perspectiva “no es suficiente si no viene acompañada y completada por el trabajo concreto de las instituciones con el objetivo de una efectiva reinserción en la sociedad”. Cuando esta finalidad viene descuidada, “la ejecución de la pena queda degradada como mero instrumento de punición y represalia social, a su vez dañosa para el individuo y la sociedad”.


"Nunca más violencia sobre los niños. Nunca más suceda que un pequeño deba sufrir estos sufrimiento", clamó en un discurso pronunciado en la cárcel de Castrovillari, donde se reunió con un grupo de detenidos además del padre y las dos abuelas del niño.

Los ha saludado a todos, uno por uno. Como primera parte de su viaje en Calabria, Francisco ha visitado a los 180 detenidos de la cárcel de Castrovillari, entre los cuales se encontraba Nicola Campolongo, el padre de Cocó, el niño de tres años asesinado por un ajuste de cuentas entre clanes, víctima inocente de la violencia inhumana de la criminalidad organizada, y Dudu Nelus, el rumano de 27 años acusado de ser el responsable del homicidio de don Lazzaro, el sacerdote asesinato en Cassano hace algunos meses. Durante el encuentro con el padre y otros familiarias de Cocó Campolongo, que han roto a llorar, el Papa ha insistido: “Nunca más violencia sobre los niños, que nunca más suceda que un niño deba vivir este sufrimiento, rezo continuamente por él, no desesperéis”.
En enero último los cuerpos carbonizados del infante, de su abuelo y de una mujer fueron hallados dentro de un vehículo a las afueras de la localidad de Cassano allo Jonio. El episodio conmocionó a la opinión pública italiana y también al mismo Jorge Mario Bergoglio, quien condenó públicamente lo ocurrido. Todo indica que se trató de una venganza por un asunto de drogas."Rezo continuamente por él, no se desesperen", dijo este sábado el Papa Francisco a los familiares de Cocó.

Delante de su parroquia fue instalada ayer una estrella en su recuerdo: Bergoglio se parará allí para rezar. “Hablando aquí en la cárcel de Castrovillari es como si el Papa hablara a todos los detenidos de las cárceles italianas”, explica el obispo de Cassano Jonio, Nunzio Galantino.

Nada más bajar del helicóptero, el Papa ha sido rodeado por el afecto de la gente al grito de “Francisco, Francisco”. Un grupo de discapacitados lo ha recibido a la entrada de la cárcel. El Pontífice les ha saludado uno por uno y ha entrado en la prisión. Pasando entre la gente que estaba cognregada, ha cogido en brazos algunos niños y les ha besado en la frente. “Una verdadera y completa reinserción de la persona no sucede al final de un camino solamente humano. En este camino es importante también el encuentro con Dios, la capacidad de dejarse ver por Dios que nos ama, que es capaz de comprendernos y de perdonar nuestros errores”, puntualiza Francisco. El Señor es un maestro de la reinserción: nos toma la mano y nos lleva en sociedad. El Señor siempre perdona, siempre acompaña, siempre comprende; a nosotros nos corresponde dejarnos comprender, dejarnos perdonar, dejarnos acompañar”. Y desea “a cada uno de vosotros que este tiempo de detención no sea en balde, sino que pueda ser un tiempo precioso durante el cual pedir y obtener la gracia de Dios. Así contribuiréis a hacer de vosotros mejores personas que antes, pero al mismo tiempo, mejoraréis también a la comunidad, porque, para bien o para mal, nuestras acciones influyen sobre los demás y sobre toda la familia humana”.

Además de Cocó, Cassano allo Jonio fue sacudido -en marzo- por el homicidio a golpes del sacerdote Lazzaro Longobardi, después de haber descubierto algunos robos de dinero en la curia.

Un recuerdo con afecto lo dirige “en este momento a vuestros familiares; que el Señor os conceda poder abrazarlos de nuevo con serenidad y paz”. Y finalmente anima “a todos los que trabajan en esta Casa: a los directivos, a los agentes de policía carcelaria, a todo el personal”. En la vigilia de la llegada de Francisco, la carretera estatal 106 encierra simbólicamente toda la confianza y desesperación de Calabria. La noche anterior a la visita papal, la carretera que conduce hasta Sibari y Cassano Jonio es una división surrealista de las contradicciones de una tierra herida. Los coches parados delante de filas de prostitutas africanas casi exceden a los autobuses de fieles que llegan de toda la región para esperarael Pontífice. Por pocas horas, las banderas blancas y amarillas (los colores de la Santa Sede) con el rostro del Pontifice reavivan calles oscuras en las cuales consumen la vida existencias paralelas. Muchas personas se han detenido, como en una peregrinación, en el santuario de Sant'Umile da Bisignano. Santidad y degrado conviven en uno de los rincones más olvidados de Italia, donde el dominio asfixiante de la 'Ndrangheta y del desempleo, encuentran como única esperanza a la desintegración del tejido social la fe profunda en una “primavera” de la Iglesia capaz de levantar una región en el último puesto a nivel europeo respecto a servicios y calidad de vida.
El Papa durante su encuentro con los internos y el personal de la prisión de Castrovillari, el sur de Italia. (ANSA / Osservatore Romano)

Don Piero Furci, 54 años, dirige “al encuentro con Francisco” un comité de unos sesenta fieles (entre los cuales se encuentran muchos enfermos y discapacitados) llegados en peregrinaje desde Pizzo Calabro. “Estamos aquí para recibir del papa Bergoglio palabras de esperanza para una región que vuelve a ser tierra de emigración –explica a 'Vatican Insider' don Furci--. Su visita a Cassano Jonio y la elección del obispo Nunzio Galantino como secretario general de la Cei, son señales de atención hacia Calabria que ahora encuentra en el pontificado de las perfierias geográficas y existenciales la confianza para reaccionar a la resignción y a la falta de futuro. “Vengo para pedir perdón”, es el lema de la visita de Francisco a Cassano Jonio. “Gracias don Nunzio, te queremos”, es la frase escrita sobre una gran pancarta en Marina di Sibari. En fondo, el rostro de monseñor Nunzio Galantino, que desde principios de año es el secretario de la Cei y el obispo de Cassano.

Después de Lampedusa, Cagliari y Asís, el cuarto viaje italiano de Francisco llega a otra periferia de Italia, donde la crisis y el desempleo muerden, la renta per cápita es la más baja del país y domina la criminalidad. Sangran todavía las heridas colectivas por el asesinato del pequeño Cocó y del padre Lazzaro Longobardi. Después de visitar a los detenidos, el Papa encontró a los enfermos del Hospicio San Giuseppe Moscati y almorzó con los pobres hospedados por Cáritas y con los jóvenes de la comunidad terapéutica Saman. Además, encontró a los párrocos en la catedral y, justo depués del almuerzo y la visita a los ancianos de 'Casa Serena', el Papa celebró una misa por la tarde en la llanura de Sibari. Poco antes, paró donde el pasado 3 de marzo fue asesinado con 69 años el padre Lazzaro. (Giacomo Galeazzi / La Stampa / Repubblica)