sábado, 21 de junio de 2014

junio 21, 2014
SIBARI, Calabria, 21 de junio.- “Los mafiosos no están en comunión con Dios, están excomulgados”. Francisco clama: “La 'ndrangheta es la adoración del mal y el desprecio del bien común. Hay que luchar contra este mal, alejarlo, decirle no. La Iglesia está tan empeñada en educar la conciencia, debe cada vez más ocuparse de que el bien prevalezca. Nos lo piden nuestros chicos. Nos lo piden nuestros jóvenes necesitados de esperanza. Para poder responder a estas exigencias, la fe nos puede ayudar”. Tampoco en estos “momentos de dificultad” el mal tendrá la última palabra, por tanto, “no os dejéis robar la esperanza”, recomienda el Papa. Y “gracias a esta fe, nosotros renunciamos a Satanás y a sus seducciones; renunciamos a los ídolos del dinero, de la vanidad, del orgullo y del poder”.
El papa Francisco, celebrando la misa ante más de 200,000 personas en la Llanura de Sibari, concluyó su viaje a Cassano -diócesis pequeña en la periferia geográfica y social de Italia- con un fuerte aliento a todos aquellos que operan por el bien común, ayudan a los débiles, no se dejan abatir por tantos males. (Repubblica)

En una Calabria duramente castigada por el desempleo y la criminalidad organizada, Francisco lanza un grito de esperanza y anima a los fieles a oponerse “al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la belleza”. Una señal concreta de esperanza es el Progetto Policoro, “para los jóvenes que quieren crear puestos de trabajo para ellos y para otros. Vosotros, queridos jóvenes, no os dejéis robar la esperanza”. Por tanto, “adorando Jesús en vuestros corazones y permaneciendo unidos a Él sabréis oponeros al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la belleza”.


El obispo de Cassano Jonio y secretario de la Cei, les garantiza que “la Iglesia calabresa se siente partícipe del despertar de las conciencias contra la malavida organizada” porque “la malavida se alimenta de conciencias adormecidas”. A lo largo del trayecto en coche desde Cassano Jonio hacia Marina di Sibari, donde ha celebrado la misa en una explanada llena de fieles, el Papa ha hecho una breve parada delante de la parroquia de San Giuseppe, en el pueblo de Lattughelle, donde el pasado 3 de marzo fue asesinado el sacerdote padre Lazzaro Longobardi.
La enérgica condena a la criminalidad organizada resultó todavía más significativa tras una jornada de gestos de acercamiento a la fragilidad y las riquezas de esta parte de Italia que se asoma al mar Jonio, pero frenado y golpeado por tantos males, fragilidades y problemas. La región tiene uno de las rentas más bajas del país, mientras que la desocupación plantea muchas dificultades a jóvenes y las familias. 

Más tarde, en el área del ex Insud de la Llanura de Sibari, el Pontífice ha presidido la celebración concelebrada con los obispos de Calabria y 207 sacerdotes. “En la fiesta del Corpus Christi celebramos Jesús, “pan vivo que viene del cielo”, alimento para nuestro apetito de vida eterna, fuerza para nuestro camino”, ha afirmado Francisco en la homilía. “Demos gracias al Señor que hoy me permite celebrar el Corpus Domini con vosotros, hermanos y hermanas de esta Iglesia que está en Cassano allo Jonio. La de hoy es una fiesta en la que la Iglesia celebra al Señor por el don de la Eucaristía. Mientras el Jueves Santo recordamos su institución en la Última Cena, hoy predominan los agradecimientos y la adoración. Y de hecho es tradición en este día la procesión con el Santísimo Sacramento. Adorar Jesús Eucaristía y caminar con Él”. Estos, evidencia el papa Bergoglio, “son dos aspectos inseparables de la fiesta de hoy, dos aspectos que dan impronta a toda la vida del pueblo cristiano: un pueblo que adora a Dios y camina con Él”. De hecho, “nosotros somos un pueblo que adora a Dios: nosotros adoramos a Dios que es amor, que en Jesucristo se entregó por nosotros, se ofreció a sí mismo en la cruz para expiar nuestros pecados y que gracias al poder de este amor, ha resucitado y vive en su Iglesia”.

Por tanto, “nosotros no tenemos otro Dios además de éste y hoy lo confesamos volviendo nuestra mirada hacia el Corpus Domini, al Sacramento del altar”. Y “nosotros cristianos no queremos adorar nada ni nadie en este mundo que no sea Jesucristo, que está presente en la santa Eucaristía”.

Por otra parte “quizá no siempre nos damos cuenta de lo que esto significa, de las consecuencias que tiene, o debería tener nuestra profesión de fe. Hoy pidamos al Señor que nos ilumine y nos convierta para que de verdad solo le adoremos a Él, y renunciamos al mal en todas sus formas”. Pero “esta fe nuestra en la presencia real de Jesucristo, Dios verdadero y Hombre verdadero, en el pan y en el vino consagrados, es auténtica si nos empeñamos en caminar detrás de Él y con Él, intentando poner en práctica sus mandamientos, los que ha dado a los discípulos durante la Última Cena: “Que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado”. El pueblo que adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo que camina en la caridad.

Por tanto “hoy, como Obispo de Roma, estoy aquí para confirmaros no solo en la fe sino también en la caridad, para acompañaros y daros ánimos en vuestro camino con Jesús Caridad. Quiero expresar mi apoyo al Obispo, a los presbíteros y diáconos de la Iglesia, y también de la Eparquía de Lungro, rica en su tradición greco-bizantina. Pero lo extiendo también a todos los pastores y fieles de la Iglesia en Calabria, comprometida con valentía en la evangelización y en favorecer estilos de vida e iniciativas que ponen su atención en las necesidades de los pobres y de los últimos”.

Y lo extiende también “a las autoridades civiles que intentar vivir el trabajo político y administrativo como lo que es, un servicio en favor del bien común”. Francisco anima a todos a “ser testigos de la solidaridad concreta con los hermanos, especialmente con aquellos que tienen más necesidad de justicia, de esperanza, de ternura”. De hecho, “gracias a Dios existen tantas señales de esperanza en vuestras familias, en las parroquias, en las asociaciones, en los movimientos eclesiásticos. El Señor Jesús no cesa de suscitar gestos de caridad en su pueblo”.

La explanada de Sibari se ha transformado, con el pasar de las horas, en una zona multicolor. Mirando el área desde el alto, se observan miles de sombrillas que colorean varios sectores de la llanura. La temperatura supera los 40 grados y los voluntarios de la Protección Civil han aumentado la distribución de agua a los peregrinos. También han sido tomadas por los peregrinos las decenas de fuentes instaladas en los últimos días a lo largo del perímetro de este área. Son numerosas las ambulancias adyacentes a la zona, preparadas para intervenir en caso de necesidad. En la llanura de Sibari todos los sectores están completos esperando la misa que será celebrada por el Papa Francisco. Imponente también los servicios de policía, carabinieri y guardia de Finanzas movilizados que controlan la situación para mantener el orden público. La explanada de Sibari está siendo también sobrevolada por un helicóptero de la Policía. Decenas de televisiones italianas y extranjeras están transmitiendo en directo el evento.

Una fila de automóviles de unos 10 kilómetros se ha formado a través de la carretera que une Cassano con la llanura de Sibari. Los coches intentan acceder a las zonas de aparcamiento habilitadas mientras muchos fieles, para llegar antes, han recorrido a pie el trozo de la carretera 106 que conduce a la zona. Una animada multitud ha recibido al Papa a su llegada, media hora antes de lo previsto. Para el rito se han distribuido 100 mil pasos, e instalado 30 mil sillas, 260 sanitarios ecológicos --30 de los cuales para discapacitados--, y seis pantallas. (Giacomo Galeazzi / La Stampa / DPA)