martes, 10 de junio de 2014

junio 10, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 10 de junio.- Centenares de personas se dieron cita ayer en el Seminario Mayor San Ildelfonso para la celebración de la primera misa con motivo del inesperado deceso del padre Jorge Antonio Laviada Molina, acaecido pocas horas antes en esta capital.

Aunque por orden se conservó un espacio en el centro del Aula Magna del Seminario, los pasillos y salones contiguos, e inclusive la capilla ubicada en la entrada, quedaron completamente llenos (fotos: JMRM)

La sorpresa y tristeza fue evidente entre los concurrentes, quienes llenaron a tope el recinto, en la colonia Itzimná, para tomar parte en la misa de cuerpo presente encabezada por el arzobispo Emilio Carlos Berlie Belaunzarán en memoria de quien fuera Rector del Seminario y Párroco de Nuestra Señora de Líbano.

La eucaristía fue concelebrada por Berlie Belaunzarán (centro), visiblemente afligido por la muerte del padre Laviada.

"Nos encontramos todos ante una sorpresa muy inesperada y dolorosa", reconoció el Prelado durante la homilía, celebrada en el Aula Magna del Seminario.

"No lograba al principio pasar de mi asombro", admitió Berlie, recordando que apenas esa mañana tuvo una reunión de trabajo y desayunó con el padre Jorge.

"Venimos todos consternados, con la tristeza natural de perder a una persona sumamente valiosa", enfatizó.

Féretro donde yacen los restos mortales del extinto, quien será inhumado hoy en el Mausoleo del Clero.

"A nosotros nos deja un hueco muy grande... pero El Señor así lo ha dispuesto en sus muy misteriosos designios", recalcó.

Como consuelo, el Arzobispo recordó un dicho del padre Jorge: "Se apagó un cirio, pero se encendió una estrella".

El mitrado expresó su deseo de que los jóvenes seminaristas conserven no sólo los buenos recuerdos que deja Jorge Laviada sino también sus actitudes, manera de vivir y forma de pensar.

Familiares, amigos y compañeros sacerdotes acudieron a la solemne ceremonia, dejando de manifiesto su afecto por el eterno ausente.

Refirió que, a pesar de haber fallecido a la temprana edad de 48 años, Laviada vivió "una vida sacerdotal muy bella y muy fecunda" y fue "un hombre de plena comunión".

Berlie también recordó a los padres del extinto, el Dr. Eduardo Antonio Laviada Arrigunaga (+10 de febrero de 2003) y doña Noemí Molina Duarte (+16 de mayo de 2010).

"Personas buenísimas, excelentes, que dejaron una estela de recuerdos tan hermosos", destacó el Prelado.

Fue evidente el pesar de los jóvenes seminaristas, muestra de la huella que el padre Jorge dejó en sus vidas y su formación sacerdotal.

El extinto gozó de una gran aceptación en la comunidad clerical de Yucatán y la sociedad en general por su talento y humildad. Fue un hombre de fe, generoso y fraterno, conocido por su estilo de vida austero y evangélico. 

Hoy a las 11 de la mañana se celebrarán dos misas más: una en Nuestra Señora del Líbano a las 11 de la mañana y otra en el Seminario Menor a la 1 de la tarde, tras la cual será trasladado al Mausoleo del Clero en el Cementerio General de Mérida para su eterno descanso. (JMRM)

Semblanza

Jorge Antonio Laviada Molina nació en esta ciudad el 2 de septiembre de 1965, según informa la Arquidiócesis de Yucatán en su portal oficial. Cursó la Primaria, Secundaria y Preparatoria en el Colegio Montejo, de los hermanos maristas

La consagración.

Al terminar el bachillerato decidió ingresar al Seminario Arquidiocesano de Yucatán, en donde estudió todas las etapas de su formación sacerdotal: el Curso Introductorio (1984-1985), la Filosofía (1985-1987) y la Teología (1988-1992). 

Recibió el sagrado orden del diaconado en la ciudad de Mérida el 11 de junio de 1992, de manos de S.E. Mons. Manuel Castro Ruiz, Arzobispo de Yucatán, y el presbiterado el 3 de diciembre del mismo año.

Una vez ordenado presbítero fue nombrado Vicario Parroquial de la Iglesia de los Tres Santos Reyes, en Tizimín, Yucatán, de donde salió para la ciudad de Roma, Italia, enviado por el Arzobispo Don Manuel Castro Ruiz para estudiar la Licenciatura en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana (1993-1995). 

Berlie expresó gran respeto, aprecio y admiración por el padre Jorge.

Al regresar de este tiempo de estudios se integró al Equipo Formador del Seminario Mayor, en donde desempeñó hasta el día de hoy, con gran competencia y con una enorme autoridad moral por su coherencia de vida sacerdotal los siguientes servicios: Prefecto del Curso Introductorio (1995-1997); Prefecto de la Etapa Filosófica (1997-2000) y Prefecto de la Etapa Teológica, desde el año 2000 a 2009. Al ser elegido obispo coadjutor de Papantla Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, entonces rector del seminario de Yucatán, el P. Jorge Antonio Laviada Molina fue nombrado vicerrector de esa institución formativa el 15 de octubre de 2009 y Rector el 8 de diciembre del mismo año. 

En su paso por estas distintas etapas de la formación dejó huella porque se ha impuso la tarea de trabajar en equipo con los otros formadores en la aplicación de los criterios extraídos en la Exhortación Apostólica Pastoras Dabo Vobis, caracterizándose por su disponibilidad para un acompañamiento personal y comunitario a los alumnos de manera sistemática y fraterna. Como profesor de Teología Dogmática fue muy valorado por los alumnos por su capacidad reflexiva y su integración entre la fe la vida. Impartió con especial competencia y dedicación la cátedra de Cristología. Fue también coordinador de la formación pastoral y prefecto de estudios en el Seminario Mayor de Yucatán. 

El clero yucateco, de luto por la muerte del padre Laviada. Junto a Monseñor Berlie, el párroco de Itzimná y vicario general de la Arquidiócesis, Joaquín Vázquez Ávila.

Durante los años en que se desempeñó como formador del Seminario fue, además, miembro del área de estudios de la Comisión del Clero, coordinador de diversos cursos y Simposios teológicos, Consejero fundador de "Impulso Universitario, A.C.", un organismo que promueve becas para jóvenes cristianos con dificultades económicas y capacidad de liderazgo; fundador y asesor del Centro de Estudios de Teología a Distancia de la Arquidiócesis de Yucatán, para seglares, y encargado de la formación permanente de los sacerdotes de cero a cinco años de la Arquidiócesis.

Fue también presidente de la Organización de Seminarios Mexicanos, organismo que reúne a todos los seminarios de México, y como tal, representó a nuestro país en diversas reuniones y encuentros internacionales. (Con información de la Arquidiócesis de Yucatán)

Jorge Laviada Molina falleció ayer por la tarde a los 48 años de edad. Fue el primero de siete hermanos en morir.