jueves, 19 de junio de 2014

junio 19, 2014
Opinión de JMRM

Sin duda el cateo realizado por fuerzas federales esta mañana en el centro de la ciudad servirá como pretexto para numerosos atropellos por parte de las autoridades locales.

Bajo la excusa de "mantener blindado Yucatán" la policía del estado instalará más retenes, realizará más detenciones arbitrarias e infundadas y las paradas arbitrarias ("de rutina") estarán a la orden del día.

A pesar de que estas acciones son inútiles, cuentan con la aprobación tácita (y, a veces, hasta expresa) del Colegio de Abogados, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, la Cámara de Comercio y la mayoría de las agrupaciones de élite con poder en la entidad, quienes han premiado a las autoridades, por servirles como vigilancia privada de facto en sus negocios y privadas, con tarjetas de descuento de "héroes anónimos".

A finales de noviembre de 2007 causó gran revuelo la ejecución de un narcotraficante en el fraccionamiento Campestre de esta ciudad. En agosto de 2008, la aparición de varios narcomenudistas decapitados en Chichí Suárez y Buctzotz fue la excusa perfecta para que la SSP llenara nuestra antes tranquila ciudad de retenes y buscara detener y fichar a cuanta gente le fuera posible para tener una base de datos con la información personal y privada de cuanto ciudadano pudieran agarrar.

Poco después circularon rumores de una balacera, que fueron creídos por algunos ingenuos.

"Psicosis", "Terror", etc. titularon los medios más amarillistas en aquel entonces, a pesar de que los decapitados eran, todos y cada uno de ellos, delincuentes, gente sin escrúpulos que no se hubiera tentado el corazón para meterse a sus casas a robar. Gente que sabía que hizo un pacto con el diablo y renunció a su alma y condición humana al meterse voluntariamente a las filas del crimen organizado.

Pero buena parte de la población sintió un temor instintivo por el impacto y brutalidad de los hechos, y con gusto renunció a sus garantías individuales a cambio de la ilusión de seguridad.

Pero esto no tenemos por qué tolerarlo ya que en Twitter contamos con herramientas ciudadanas como @Retenesmerida y @RetioMID que nos permiten saber dónde están los retenes y reportar los que veamos con el fin de poder desplazarnos por la ciudad con un menor riesgo de ser parados arbitrariamente, molestados, maltratados y extorsionados por la policía del estado.

Paran a la gente al azar pero los lugares y personas que han sido denunciados por vender droga y permitir su consumo siguen operando impunemente. No olvidemos el caso de un bar cateado hace varios años cuyo dueño fue liberado a los pocos días a pesar de que varias personas en su local y él mismo tenían en su poder grandes cantidades de droga y se encontraban en estado "inconveniente".

Mucha gente critica a @Retenesmerida diciendo que "ayuda a los borrachos" ¿No que el fin de los retenes era frenar al crimen organizado? Si van a usar un pretexto, sean consistentes. Dar más de una excusa para la misma acción es señal de que ésta necesita ser racionalizada porque quienes la defienden saben que es ilegal, inmoral e inútil.

No seamos borregos y no caigamos en el pánico, y más importante no seamos cómplices en nuestro sometimiento. Opongámonos de manera pacífica a medidas que atentan contra nuestros derechos más fundamentales.