martes, 27 de mayo de 2014

mayo 27, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 27 de mayo.- Para el presbítero Antonio Pech Navarro, las acusaciones de que se apropió indebidamente de un terreno, que debía pertenecer a la Iglesia, son maquinaciones del actual párroco de la Alemán, Juan Chicmul Castro.

“Él me odia, no sé por qué”, dice, y advierte que este caso ya llegó a oídos del papa Francisco, por medio de un matrimonio yucateco que lo visitó en el Vaticano “y le contó la persecución en mi contra”.
El padre Antonio Pech Navarro.

El padre Chicmul, dice, “me prohibió dar misa cuando dejé la parroquia y sólo porque intervino el obispo auxiliar Rafael Palma Capetillo accedió a darme la misa de seis de los domingos”.


Según Pech Navarro, el padre Chicmul es el que maneja a Alfonso Lara Ruiz, quien a su vez se encarga de “alborotar a los vecinos”.

Críticas injustas

Las denuncias en mi contra, añade Pech, “son injustas, por decir lo menos. Me acusan de apropiarme de un pequeño terreno, que siempre fue mío, cuando ha habido otros sacerdotes con numerosos bienes -como uno que se apropió de casi todo Chuburná- a quienes nadie les dijo nada”.

“Yo me reservé ese terreno, un pequeño predio con menos de 700 metros, que vendí, en efecto, en 2010, en $690,000, a plazos, y lo hice para comer, luego de que me sacaron de la parroquia.

“No me voy a la Casa del Sacerdote, como dice Lara Ruiz, porque no estoy enfermo. A mi edad sigo activo y desde mi salida de la parroquia hace más de 20 años me he dedicado a preparar parejas para el matrimonio, a orientar a personas con depresión y otro tipo de problemas, además de que doy misas y no las cobro. Me sostengo con los donativos de varias familias”.

De acuerdo con Pech Navarro, la casa donde vive, frente al parque de la colonia Alemán, “es mía, se la compré a Banobras, aunque la entregué en nuda propiedad a la persona que me sirvió durante muchos años, como compensación por sus servicios. Por eso, insisto, son injustas las acusaciones en mi contra”. (Hernán Casares / Diario de Yucatán)