martes, 13 de mayo de 2014

mayo 13, 2014
JMRM

Por más de dos años, los integrantes de la asociación civil Librepensadores de México (LpMx) han trabajado arduamente con el fin de promover y dar pie al pensamiento crítico.

"Fomentar un estilo de pensamiento crítico, con base en la razón y la evidencia, en un marco de diálogo siempre abierto, tolerante y respetuoso, sobre los temas de interés de la sociedad para la consolidación democrática de México" es la misión de la agrupación, con sede en Mérida, según indica en su grupo en Facebook.

Por ello resulta triste y lamentable que personas inconformes por las reglas que el Consejo Directivo aprueba y aplica en su propio espacio privado para mantener cierto nivel de diálogo eligieran tomar el nombre de una asociación civil formalmente constituida, copiarlo y agregar un par de palabras ("sin censura") para crear su propio grupo.

La visión de LpMx es "ser una institución fortalecida y reconocida en la sociedad, con proyectos específicos que impacten positivamente y enriquezcan a la opinión pública para la consolidación democrática de México".

La agrupación pirata "sin censura", cuya lista de administradores se puede ver en este enlace, está saboteando activamente dicha visión.

Librepensadores de México tiene derecho a tener un nombre que la distinga de otras agrupaciones e identifique en sociedad. Al copiarlo vilmente y sin autorización, los creadores de "Librepensadores de México sin censura" violentan los derechos de terceros y sabotean años de labor cívica y social por un berrinche.

Los detractores están en su derecho a crear su propio foro, pero al copiar el nombre de LpMx o no pensaron bien o actuaron con dolo.

Ya se ha mencionado que uno de los administradores del grupo pirata había sido expulsado del grupo original por troll. Sobra abundar sobre el hecho de que otro, quien dice llamarse Alan, intentó intimidar a este medio para que su nombre y foto, que él hizo públicos al registrarse en Facebook y figurar como administrador, fueran retirados de una nota, amenazando con recurrir a "llamadas y favores" para lograr su rastrero y cobarde cometido que es, hipócritamente, imponer la censura.

Un foro abierto a la amenaza, al insulto, a la provocación abierta "porque sí" está condenado a jamás ser tomado en serio. El problema en este caso es que, en el proceso, se enloda el nombre de una asociación que intentó impedir en su espacio ese tipo de conductas asociales e infantiles.

Los integrantes de LpMx están en su derecho a tomar acciones legales para impedir que un puñado de trolls rencorosos tiren por la borda su labor y su prestigio.

También deben considerar la posibilidad de que el surgimiento de este nuevo grupo sea un esfuerzo financiado por intereses políticos que busquen hacer desaparecer su agrupación.