sábado, 10 de mayo de 2014

mayo 10, 2014
CIUDAD DEL VATICANO, 10 de mayo.- «Se ve que esta manifestación no es en “contra”, ¡es “por”! No es un lamentarse, ¡es una fiesta! Una fiesta por la escuela. Sabemos bien que hay problemas y cosas que no funcionan, lo sabemos. Pero ustedes están aquí, nosotros estamos aquí porque amamos la escuela. Digo “nosotros” porque yo amo la escuela, la he amado como alumno, como estudiante y como maestro. Y luego como Obispo. En la Diócesis de Buenos Aires encontraba a menudo al mundo de la escuela, y hoy les agradezco por haber preparado este encuentro, que no es de Roma sino de toda Italia». Lo dijo Papa Francisco durante el encuentro en la Plaza San Pedro organizado por la Conferencia Episcopal Itlaiana “We Care”, en el que participaron alrededor de 300 mil personas.

El Papa Francisco, durante el acto "A la Iglesia por la escuela", en la Plaza de San Pedro. Mientras saludaba a 300,000 fieles reunidos en el Vaticano para participar en el día dedicado al mundo de la escuela italiana, Bergoglio regaló a un niño un solideo (papalina) mientras recorría en Papamóvil la Vía de la Conciliación. (ansa)

«Amo la escuela –continuó el Papa– porque es sinónimo de apertura a la realidad. ¡Al menos así debería ser! No lo es siempre, y entonces quiere decir que es necesario cambiar un poco. Ir a la escuela significa abrir la mente y el corazón a la realidad, a la riqueza de sus aspectos, de sus dimensiones. ¡Esto es bellísimo! En los primeros años se aprende a 360 grados, luego poco a poco se profundiza hacia una dirección y finalmente se especializa. Pero si uno ha aprendido a aprender, esto le queda para siempre, permanece una persona ¡abierta a la realidad! Esto lo enseñaba también un gran educador italiano, que era un sacerdote: Don Lorenzo Milani».

El Papa besa en la frente a un niño. (AFP)(clic a las imágenes)

«Se educa también para asumir los valores –dijo el Papa–; les deseo a todos ustedes, padres, maestros, personas que trabajan en la escuela, estudiantes, les  deseo un hermoso camino en la escuela, que haga crecer las tres lenguas que una persona madura debe saber hablar: la lengua de la mente, la lengua del corazón y la lengua de las manos, pero armoniosamente».

Durante el encuentro, varios participantes recordaron sus experiencias en la escuela y el propio Francisco evocó “la imagen de mi primera maestra, que me ayudó a crecer, esa maestra que me recibió a los seis años en el primer nivel de la escuela. Nunca pude olvidarla, me hizo amar la escuela y la seguí visitando hasta que falleció, a los 98 años.

Antes del Pontífice, dirigieron un saludo la ministra de Educación italiana, Stefannia Giannini, que expresó su «sincera emoción» y la de todos los chicos «que se ve en esta espléndida plaza, muchos, verdadereamente muchos, que desde toda Italia están aquí en esta clase especial para una lección especial». La ministra también recordó a las estudiantes secuestradas en Nigeria y no solo allí, a las que se ha negado «la experiencia de la formación».

El Pontífice subrayó a los jóvenes que “se educa para asumir valores. Les deseo un buen camino en la escuela, que haga crecer las tres lenguas que una persona madura debe hablar, la lengua de la mente, la del corazón y la de las manos, pero armoniosamente”. (AFP)

Antes del Pontífice, tomaron la palabra, ante 300 mil estudiantes, Max Giusti, Giulio Scarpati («y quién iba a decir que el latín servía», bromeó), Veronica Pivetti y Beatrice Fazi, de las escuelas católicas italianas. Presentaron sus recuerdos a Francisco en ocasión del maxi-encuentro promovido por la Cei.

Fiesta en la Plaza de San Pedro por el día de la "A la Iglesia por la escuela." El Papa Francisco llegó a la Basílica recibido por la música de "Somebody to Love", de Queen. Luego, en el escenario, se turnaron en cantos y bailes estudiantes y actores. (Reuters)

Después de escuchar estos testimonios, Papa Francisco comenzó su discurso alegre y subrayando que esta manifestación era una fiesta por la escuela. Otro de los motivos por los que el Papa dijo amar la escuela es que se trata de «un lugar de encuentro. Se encuentra a los compañeros; se encuentra a los maestros; se encuentra al personal asistente. Los padres de familia encuentran a los profesores; el director encuentra a las familias, etcétera. La escuela no es un estacionamiento. Es un lugar de encuentro. Y esto es fundamental en la edad del crecimiento, como complemento a la familia. La familia es el primer núcleo de relaciones: la relación con el padre y la madre y los hermanos es la base, y nos acompaña siempre en la vida. Pero en la escuela nosotros “socializamos”: encontramos personas diferentes a nosotros, diferentes por edad, por cultura, por proveniencia… La escuela es la primera sociedad que integra a la familia. La familia y la escuela ¡jamás van contrapuestas! Son complementarias, y por lo tanto es importante que colaboren, en el respeto recíproco. Y las familias de los chicos de una clase pueden hacer mucho colaborando juntas entre ellas y con los maestros. Esto hace pensar en un proverbio africano que dice: “Para educar a un hijo se necesita a todo un pueblo”».

El Papa no escatimó aplausos y sonrisas, sobre todo cuando el comediante Max Giusti imitó su acento argentino. (ansa)

«Y también amo la escuela –continuó Bergoglio– porque nos educa a lo verdadero, al bien y a lo bello. La educación no puede ser neutra. O es positiva o es negativa; o nos enriquece o nos empobrece; o hace crecer a la persona o la deprime, incluso puede corromperla. La misión de la escuela es desarrollar el sentido de lo verdadero, del bien y de lo bello. Y esto ocurre a través de un camino rico, hecho por tantos “ingredientes”. ¡Es por esto el por qué existen tantas disciplinas! Porque el desarrollo es fruto de diversos elementos que actúan juntos y estimulan a la inteligencia, a la consciencia, a la afectividad, al cuerpo, etcétera. Por ejemplo, si estudio esta Plaza, Plaza de San Pedro, aprendo cosas de arquitectura, de historia, de religión, de astronomía – el obelisco recuerda al sol, pero pocos saben que esta plaza es también una gran meridiano».
El papa Francisco tuvo el sábado un auténtico “baño de multitudes” en la plaza San Pedro, donde fue vitoreado al menos por 300 mil estudiantes llegados de toda Italia para el encuentro We Care, organizado por la Conferencia Italiana de Institutos Seculares, centros de enseñanza católica. (AFP)

De esta manera cultivamos, explicó el Papa, en nosotros lo verdadero, el bien y lo bello; «y aprendemos que estas tres dimensiones no están jamás separadas, sino siempre entrelazadas. Si una cosa es verdadera, es buena y es bella; si es bella, es buena y es verdadera; y si es buena, es verdadera y es bella. Y estos elementos juntos nos hacen crecer y nos ayudan a amar la vida, también cuando estamos mal, también en medio a los problemas. ¡La verdadera educación nos hace amar la vida y nos abre a la plenitud de la vida! Gracias una vez más a los organizadores de esta jornada y a todos ustedes que han venido. Y ¡no nos dejemos robar el amor por la escuela!»  (Giacomo Galeazzi / La Stampa / perfil.com)