domingo, 25 de mayo de 2014

mayo 25, 2014
BETANIA, Jordania, 24 de mayo.- El Papa pronunció palabras durísimas contra quienes fabrican y venden armas durante el encuentro con un grupo de discapacitados y refugiados (muchos de ellos sirios) en una Iglesia cerca del sitio arquológico del Bautismo de Jesús, en Jordania. Esta fue la última cita de la primera jornada en Tierra Santa.

El papa Francisco completó su día en Jordania con una visita al río Jordán y a la iglesia latina de Betania, donde la historia sitúa el bautismo de Jesús. Allí rezó a solas y luego tuvo un encuentro con cientos de refugiados, la mayoría sirios. (AP)


«La raíz del mal está en la oscuridad del dinero», que se encuentra en los que fabrican y venden armas, dijo Jorge Mario Bergoglio durante el discurso ante los alrededor de las 600 personas que reciben el apoyo de la Cáritas Jordania y ante los representantes del gobierno de la dinastía hashemita en la Iglesia latina en Betania. «Esto nos debe hacer pensar en quién está detrás, quién da a todos los que están en coflicto las armas para continuar los conflictos. Pensemos y, desde nuestro corazón, recemos por esta pobre gente criminal para que se convierta».

El Papa llegó al lugar del bautismo de Jesús en el río Jordán en un curioso vehículo conducido por Abdalá II, rey de Jordania. También les acompañaba la reina Rania y el príncipe heredero.(Reuters / AFP)
 

Antes de la cita con los discapacitados y refugiados, el Papa, concluida la misa en el estadio de Amán, visitó el lugar en el que según la tradición (y en particular las investigaciones del franciscano Michele Piccirillo) San Juan Bautista bautizó a Jesús. El Papa llegó al lugar a bordo de un cochecito eléctrico parecido a los que se usan en los campos de golf conducido por el rey Abdalá II en persona. Iban en el vehículo la reina Rania y el píncipe Ghazi, que también acompañó a Francisco en el encuentro con los refugiados. Bergoglio, a diferencia de sus predecesores que no visitaron el Río Jordán, quiso descender hasta la orilla y tocar el agua. EL Papa dejó una oración por la paz en español en el “libro de oro” del santuario local: «Pido a Dios omnipotente y misericordioso que nos enseñe a todos a caminar en Su presencia con el alma y con los pies despojados, y el corazón abierto a la misericordia divina y al amor a los hermanos. Así Dios será todo en todos y reinará la paz».

Ayudan al Papa a bajar las escaleras hasta el río. (AP)

«En mi peregrinación, he tenido mucho interés en encontrarme con ustedes que, a causa de sangrientos conflictos, han tenido que abandonar sus casas y su Patria y han encontrado refugio en la acogedora tierra de Jordania; y al mismo tiempo, con ustedes, queridos jóvenes, que experimentan el peso de alguna limitación física», dijo el Papa a los refugiados y discapacitados. Jesús, con el Bautismo, «nos sorprende», explicó, «cómo se abaja ante las heridas humanas para curarlas. Y, por nuestra parte, nos sentimos profundamente afectados por los dramas y las heridas de nuestro tiempo, especialmente por las que son fruto de los conflictos todavía abiertos en Oriente Medio. Pienso, en primer lugar, en la amada Siria, lacerada por una lucha fratricida que dura ya tres años y que ha cosechado innumerables víctimas, obligando a millones de personas a convertirse en refugiados y a exilarse en otros países».

El Papa escucha las explicaciones sobre el lugar bíblico. (Reuters)

Y añadió la dura condena en contra de los fabricantes de armas y vendedores de armas. El Papa después prosiguió su discurso agradeciendo a las autoridades jordanas, además de la Cáritas y a la Iglesia local, por la «generosa acogida de un número elevadísimo de refugiados provenientes de Siria y de Iraq», e invitó a la comunidad internacional a no dejar sola a Jordania. «renuevo mi vehemente llamamiento a la paz en Siria. Que cese la violencia y se respete el derecho humanitario, garantizando la necesaria asistencia a la población que sufre. Que nadie se empeñe en que las armas solucionen los problemas y todos vuelvan a la senda de las negociaciones. La solución, de hecho, sólo puede venir del diálogo y de la moderación, de la compasión por quien sufre, de la búsqueda de una solución política y del sentido de la responsabilidad hacia los hermanos».

Francisco toca las aguas del río Jordán, donde bautizaron a Jesús. (AP)

Bergoglio concluyó con estas palabras: «Al final de este encuentro, renuevo mi deseo de que prevalezca la razón y la moderación y, con la ayuda de la comunidad internacional, Siria reencuentre el camino de la paz. Dios convierta a los violentos y a aquellos que tienen proyectos de guerra, y fortalezca los corazones y las mentes de los agentes de paz y los recompense con sus bendiciones».

Francisco reza. Luego, instó a la comunidad internacional para "que no se deje sola a Jordania" ante la emergencia humanitaria que se ha creado con la llegada de unos 600,000 refugiados sirios. (AP)

EL encuentro comenzó con las palabras del Patriarca de Jerusalén, Fouad Twal, que habló sobre el Río Jordán: «Para muchos, este río que usted visitó ahora es una frontera, para nosotros es más bien un lugar que une, un llamado a la comunión y a la unidad». Bergoglio también escuchó, después de su discurso, los testimonios (en inglés y en árabe, traducidos por un franciscano) de jóvenes refugiados. Una chica le puso una “kefiah” roja y él no se la quitó durante el encuentro. El Papa, que llegó a la Iglesia latina entre ovaciones, estuvo alrededor de una hora y media entre los fieles, que querían tocarlo y saludarlo personalmente. (Iacopo Scaramuzzi / La Stampa / La Repubblica / aciprensa)