lunes, 21 de abril de 2014

abril 21, 2014

En una de aquellas antiguas tiendas de barrio que eran además cantinas, una de esas mañanas de primavera en que a los pájaros les brotan los gorgeos y a los poetas les fluye el estro, se encontraban de copas y en vena de inspiración el Vate Correa y el no menos vate Manuel Roche. Entró una bella mesticita a comprar y, al verla, exclamó Correa:
"Eres, mujer, un hechizo";
"eres todo mi embeleso" (Continuó Roche.)
"Tzátenen medio de queso
Yetel cuártilla chorizo." Dijo la que entraba, completando la redondilla.