martes, 8 de abril de 2014

abril 08, 2014
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril.- Con el objetivo de comprender y analizar la historia del voto femenino en México en diferentes entidades de la República mexicana y entender el papel de la mujer en el desarrollo de la ciudadanía desde 1917 hasta los años sesenta, Ana Laura Jaiven y Mercedes Zuñiga Elizalde coordinaron el esfuerzo de trece académicas, cuyo resultado es el libro El sufragio femenino en México. Voto en los estados (1917-1965).


Sobre el texto, presentado en la Antigua Sala del Consejo Académico, Edificio Central de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, Enriqueta Tuñón, profesora de esa universidad y especialista en temas de la mujer, señaló que la obra aborda el movimiento sufragista femenino desde la perspectiva histórica, sobre todo desde la particularidad de las mujeres participantes en el movimiento.

Agregó que cada movimiento en su temporalidad y en su estado tomó sus propios tintes de desarrollo político con características propias según el comportamiento de la población de cada estado. Ejemplificó que la recepción de la Ley de Voto Femenino, promulgado en el año de 1953 por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, en el Estado de México, donde de inmediato fue aceptada la ley por las autoridades estatales, en la población en general no hizo mucho revuelo.

En contraste a esto, añadió, en Michoacán, hubo un panorama más activo de la lucha femenina por el voto y la representación ciudadana; de ahí deviene una personalidad tan importante como Cuca García, quien fue candidata a diputada por el distrito de Michoacán, al igual que Soledad Orozco en Tabasco, y fue una de las fundadoras del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer.

Ante este panorama histórico, Tuñón consideró que el voto fue más una concesión del estado que un triunfo de la lucha femenina donde se incluyera a la mujer en el ejercicio del sufragio debido a que en muchos países del mundo occidental ya habían otorgado ese derecho y el nuestro, aunque fue de los últimos, lo realizó como cumplimiento a una tendencia política.

Por su parte, Roxana Rodríguez comentó que el texto publicado por El Colegio de Sonora surgió como una necesidad de entretejer los contextos de las luchas de los estados, pues aunque todas se desarrollan en el tiempo que marcó el estudio, los momentos álgidos de participación variaban en su temporalidad, así como algunos motivos por los cuales se levantaron.

Para la investigadora, la lectura de este libro debe abordarse desde el análisis sobre la participación de organizaciones femeninas y el corporativismo al que también se inclinaron, así como la búsqueda de la justicia y el respeto a la ciudadanía de las mujeres, cuestiones por las que, aseguró, siguen en lucha todavía.Para ejemplificar la situación, Rodríguez retomó el caso de las Jaramillistas de Morelos que, tras la muerte de sus esposos o proveedores en la lucha de la Revolución, exigían la atención de sus casos por las autoridades del estado de aquel entonces.

Otro caso interesante, resaltó, fue el de Tabasco, donde se concedió el voto a la mujer desde 1925 por el entonces gobernador Tomás Garrido Canabal, además de que en el estado se realizó el Primer Congreso Feminista y muchas de las maestras que se iniciaron en esta lucha se volvieron periodistas y tuvieron una participaron férrea en muchas de las organizaciones promovidas por este gobernador.

Para la investigadora, uno de los principales obstáculos para estudiar los movimientos sufragistas en los estados es la dificultad de encontrar fuentes primarias para consultar, razón por la cual, se tuvo que realizar una búsqueda en otras fuentes como las hemerográficas, así como de una exhaustiva revisión de los documentos de los corporativos sindicales de aquel entonces con el objetivo de realizar una adecuada crítica de fuentes.

Ana Lau Jaiven, coordinadora del libro, exhortó a las nuevas generaciones a abonar a esta línea de investigación para que el mapeo de todos los estados de la república se complete; así mismo, hablo de la importancia del estudio del tema para alcanzar un pleno disfrute de los derechos de la mujer y contribuir a hacer una relectura de las diversas formas de participación política que las mujeres han ejercido a lo largo de la historia.

El libro, dividido en 11 capítulos, analiza los casos de los movimientos sufragistas en la Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Puebla, Sonora, Tabasco, Veracruz y Zacatecas. (Íngrid Bengoa para NotieSe)