miércoles, 30 de abril de 2014

abril 30, 2014
Carlos Loret de Mola Álvarez / 30-IV-14

Gabino Cué pide cien días. Se los pide a la SEP, a los partidos en el Congreso, a la Suprema Corte y a Los Pinos.

Desde hace algunas semanas, su gobierno está en falta constitucional: no adecuó su ley estatal de Educación a la reforma educativa que ya está en la Carta Magna y rige en todo el país. Era obligación de todos los estados hacerlo. Ya hay una controversia constitucional en su contra.


Según las organizaciones Mexicanos Primero y El Ojo Ciudadano, que revisaron a detalle las leyes estatales aprobadas en todo el país, las entidades que mejor cumplieron esta obligación fueron Tamaulipas, Jalisco y Puebla: adoptaron a cabalidad las medidas para mejorar la educación en México que contempla la reforma nacional aprobada por todos los partidos.


La peor fue Oaxaca. Ahí la ley permite a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) mantener todos los privilegios: que las plazas de maestro se hereden, que haya profesores que cobren sin trabajar, que haya quien cobre como “maestro” pero se dedique a ser guarura, que los educadores no sean evaluados, que no se lleve a cabo el censo para saber cuántos maestros y cuántas escuelas hay, dónde están y en qué condiciones se encuentran, etcétera. Eso sucedió gracias al respaldo de Gabino Cué a quien manda en la educación en Oaxaca: la CNTE.

Por eso el gobernador Gabino Cué está pidiendo cien días. De ahora a la víspera del regreso a clases.

Promete hacer una reforma educativa como la nacional, pero emanada de la CNTE. Dice a sus interlocutores que está confiado en que la Coordinadora aceptará los lineamientos de la reforma educativa federal, porque la forma lo es todo: la CNTE no quiere una ley impuesta “desde el centro, desde arriba”, sino una que surja de Oaxaca.

Y que habrá censo, pero que tendrá como objetivo verificar las condiciones de infraestructura escolar, y será organizado por la CNTE y las autoridades estatales. Y que ya no se heredarán las plazas, como una decisión soberana de los sindicalistas. Y que se terminarán los comisionados porque en la nómina ya no se les podrá pagar por mandato legal nacional. Y que se terminarán los “aviadores”, buscando otras fuentes de ingresos para financiar al sindicato y sus movilizaciones. Y que aceptará la CNTE que tres faltas injustificadas consecutivas sean motivo de despido, porque para las marchas pueden ir rotando a sus 80 mil maestros haciéndolos faltar sólo dos días seguidos.

Si Gabino Cué, en los cien días que pide, logra —con la forma que sea— que se apruebe en Oaxaca una reforma educativa tan profunda como la que ya se aprobó en todo el país, será un triunfo político mayor, que quizá lo devuelva a los niveles de respeto y popularidad que gozaba antes de que luciera al servicio de los peores maestros de México.

Si no lo logra, si la Coordinadora le quiere ver la cara, le queda romper con ella para salvar cara o someterse con el pretexto de no perder gobernabilidad.

SACIAMORBOS

Habrá que mirar, aunque sea de reojo, a aquellas montañas del sureste. Dicen que el líder está por orquestar algo.