miércoles, 9 de abril de 2014

abril 09, 2014
Pedro Echeverría V.

1. Hace dos días (sábado 30), concluyó el XVIII seminario Internacional: “Los Partidos y una Nueva Sociedad” al que asistieron este año 67 países, 210 delegados internacionales, 330 representantes nacionales de 32 estados de la República. Se presentaron alrededor de 150 ponencias internacionales, además de unas 20 de mexicanos y la asistencia diaria en dos sesiones promedió en 700 personas. Como interesado por la política de izquierda y socialdemócrata y como articulista del periódico del PT desde hace tres lustros -sin pertenecer al PT o partido alguno- he acudido por invitación a por lo menos 16 de esos seminarios y  he sido testigo durante 30 horas de tres días de sesiones en casi todos los años.

2. Además de las serias crítica que podríamos hacer de cada uno de los eventos anuales en el sentido de falta de autocrítica, de polémicas y discusiones (por circunscribirse en exposiciones o lecturas de ponencias), de débiles análisis críticos acerca de nuestras derrotas frente al imperialismo y de redundancia en que la izquierda en el mundo “va ganando”, creo de entrada en que el seminario del PT es muy positivo porque quizá es el único que se hace en este nivel en México. El número de delegados europeos y africanos es mínimo, pero los de Asia, América Latina, en especial de Centro América, de Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay, Cuba y los EEUU es grande.

3. ¿Puede negarse la importancia de un seminario de esta categoría en el que este año se escucharon ponencias acerca de lo que sucede hoy en Venezuela y las movilizaciones, en Ucrania y Crimea, en Colombia y las FALC, la Argentina de los Kirchner, el triunfo electoral en El Salvador, las movilizaciones en España, el petróleo en México por Alfredo Jalife o el Pachakutic de Ecuador? La realidad es que como siempre sucede en este tipo de seminarios de plenaria: a pesar de los tres días de trabajos intensos, en los últimos días y horas suelen limitarse en tiempo las participaciones provocando disgusto –muy justificado- de ponentes que han viajado miles de kilómetros.

4. En el próximo año quizá deban planearse cuatro mesas de trabajo pensando en: a) Planteamientos generales antiimperialistas y anticapitalista; b) dos mesas específicas por región y tipos de regímenes (socialdemócratas y neoliberales); c) una mesa de análisis teórico de las revoluciones; d) una plenaria de seis horas para sintetizar los análisis y conclusiones. No se puede pasar muy “ligerito” el análisis de los problemas del mundo ni tampoco debe llegarse a una especie de “turismo revolucionario”. El Seminario Internacional debe ser un lugar de análisis, de discusión, pero también de coordinación de eso que en un tiempo se llamó el “internacionalismo proletario” que echa por la borda cualquier dispersión, distracción y/o oportunismo.

5. ¿Cómo asegurar que este Seminario también sirva para extender la solidaridad en las luchas sociales en el mundo y que no sea ésta simplemente declarativa, que bien podría confundirse con burocrática y demagógica? ¿Puede ser de simple palabra las condenas al imperialismo, al capitalismo, al neoliberalismo, si los pueblos están sufriendo en carne propia la represión, los encarcelamientos y los asesinatos de todo tipo de gobiernos de la burguesía? Me duele que mi amigo de Seminario Fernando Esteche, así como Boli Lescano, del movimiento “Quebracho” sigan en la cárcel de Argentina; así también que las denuncias del camarada exguerrillero venezolano del PPT Rafael Uzcátegui, de los colegas analistas Julio Gambina, Orlando Caputo, Justino Cobarrubia, Luis Arizmendi, se olviden.

6. Ningún dirigente de la derecha o ultraderecha del PRI, PAN, del PRD han asomado las narices en el Seminario. Personalidades que han estado en él con ponencias o discursos son la campañera exguerrillera del FMLN y en por lo menos en dos seminarios el exguerrillero guatemalteco César Montes; también han concurrido en dos años el expresidente Manuel Zelaya derrocado de Honduras, la hija de Che, Aleida Guevara, y el excandidato presidencial defraudado en México en 2006 y 2012, Andrés Manuel López Obrador. Estas personas –a pesar de ser muy conocidas- no han ocupado lugares,  ni desempeñado papeles, ni se les ha hecho caravanas o han tenido influencias especiales en el Seminario. Se les ha dado la palabra y ya.

7. Lo que más ha criticado la derecha política en México sobre el Seminario anual es acerca de su financiamiento. En este punto no tengo conocimiento alguno, sobre todo del viaje y estancia de los delegados de otros países, porque en caso de los nacionales es el PT quien financia a sus propios delegados. Sin embargo emplear el dinero en impulsar la lucha popular, las luchas contra la explotación y la miseria y formar cuadros políticos que luchen en serio para ello, es el dinero de partidos mejor empleado en México. Yo diría que emplear el presupuesto en trabajo de preparación y capacitación de luchadores sociales para enseñar y acompañar al pueblo en su liberación, es lo único que puede justificar la vida de los partidos de izquierda o socialdemócratas. (31/III/14)