domingo, 2 de marzo de 2014

marzo 02, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

A todos los lectores universitarios y no universitarios.

Resulta sumamente preocupante y penosa la situación por la que está cursando la alma máter.

Desde hace ya algunos meses se veía venir como un tsunami esta situación.

Primero con la falta de pago de sueldos a sus empleados.

Segundo, con la suspensión de pago de su antigüedad.

Tercero, con el rumor de disminuir o quitar el servicio médico al personal académico activo.

Rector Alfredo Dájer Abimerhi. (Foto Manolo García)

Y sin embargo, esta problemática se subsanó con una partida extraordinaria en la cual tuvo que ver, acertada y puntualmente, el Jefe del Ejecutivo estatal.

Pero el problema aún sigue de una manera alarmante y todo esto por una pésima administración de los que están al frente de la UADY desde varios años atrás.

Recordarán que en la administración como rector del Dr. Raúl Humberto Godoy Montañez se le hizo un recorte muy sustancioso a todos aquellos jubilados y pensionados que tenían sobresueldos, puesto que esto resultaba oneroso al presupuesto de la misma.

Raúl Godoy Montañez.

Pero a su vez, en la administración de este señor se inicia la construcción de los famosos campus universitarios, lo cual significó una fuerte erogación en infraestructura y otra fuerte erogación en contratación de más gente. (La creación de Parque Científico es un reflejo de esos campus y la característica de ese señor).

Todo esto se viene arrastrando y llega a la presente administración, que parece ser del mismo equipo que la anterior, continuando con la misma línea en políticas de gasto y de choque.  

Todo esto trae consigo un aumento en activos, un aumento en pasivos; puesto que, sí es cierto, hay más construcciones, pero ¿a qué costo? Hay más contrataciones, lo cual se refleja en la nómina, y, obvio, más prestaciones por gastos médicos por ser mayor la retícula maestra

El antecesor de Dájer Abimerhi se ha caracterizado por ser un megalómano, situación que la actual administración sigue cobijando.

Ahora resulta que quieren que el trabajador aporte el 2% de su salario para el servicio médico, lo cual, en verdad, no me parece descabellado, pero yo le pregunto al señor rector: ese 2%, ¿para cuánto tiempo está proyectado? Puesto que recuerde que su prestación es en clínicas privadas; congelar compensaciones desde este mes, y pagar el impuesto sobre el trabajo. Sobre este último punto, creo que es lo correcto, puesto que todos los trabajadores formales del país pagamos ese impuesto.

Sin embargo, yo cuestiono, ¿por qué crear una imagen romana o faraónica ante el mundo universitario cuando en realidad el presupuesto de la UADY se ve rebasado con estas grandes obras?

¿Por qué haber seguido contratando gente cuando ya se veía venir esta crisis que pone en riesgo total económico a la UADY?

Señores, a eso se le llama mala administración.

Cuando las facultades ya tenían sus propios espacios, ¿por qué no seguir con ellos?

Y si se creaba una nueva carrera, ¿por qué no crecer en forma vertical en vez de extendernos en grandes terrenos que incluso son montes y que representan un peligro para la juventud que ahí va, como es el Campus de Ciencias Sociales, Económico-Administrativas y Humanidades o el de Ciencias de la Salud, en donde están enclavadas la Licenciatura en Rehabilitación y el CIR Hideyo Noguchi?

En el informe económico y financiero que se diera el 28 de febrero, señalan un déficit entre octubre, noviembre y diciembre de $126 millones, teniendo ingresos de $466 millones y egresos de $592 millones.

El Rector de la UADY declara que aún no sabe si la SEP va a dar los suficientes recursos federales para subsanar esta situación. También declara que no hay acuerdo con la APAUADY en la negociación del contrato colectivo.

C.P. Manuel Escoffié Aguilar.

A su vez, el C.P. Manuel Escoffié Aguilar, director general de Administración y Desarrollo de Personal, da a conocer una serie de medidas, todas ellas pendientes, para subsanar la economía universitaria. Entre ellas figuran la compactación de grupos estudiantiles, mayor carga académica a los profesores, evitar nuevas contrataciones, usar espacios propios y no rentar locales, reducir viajes académicos, limitar el gasto en alimentos y "coffee breaks", ahorro en electricidad, disminuir el pago de servicios celulares, etcétera, etcétera.

Y el Rector dice que con el 2% que planea aporte el personal (voluntariamente aceptado) se pretende tener un ahorro de $40 millones. Sin embargo, con todas las medidas mencionadas se desconoce cuánto será este ahorro y de no ser suficiente, sobre la marcha irán haciendo ajustes.

Señores, con esto mencionado se denota un total desconocimiento de lo que es la administración, que no sólo compete al señor Dájer, sino a su predecesor, Godoy. Como dije hace rato, magnas construcciones que dejen huella de esas administraciones, siendo que las que se tenían se podían adecuar y continuar con ellas.

Si en el papel tienen un presupuesto; ¿por qué continuar las contrataciones sin antes proyectar cuánto me iba a costar esa persona como empleado y cuánto me iba a costar como familia por concepto de servicio médico?

A todas luces se ve un desconocimiento total de la administración pública. Se ve el derroche que se ha implementado en la construcción y desarrollo de nuevos edificios académicos sólo para mostrarle al mundo universitario extranjero una imagen que en verdad aún no nos corresponde en cuanto a infraestructura.

Nuestra Universidad, con la infraestructura que tenía, demostró estar académicamente entre las primeras de la nación. Hoy, por comentarios que escucho de diversos estudiantes y académicos, creo que no ocupa ese lugar de antaño, puesto que antes, es cierto, había malos académicos, pero en su gran mayoría eran excelentes. Hoy, un carnet de puro doctorado, mas pésimos académicamente la inmensa mayoría de ellos.

Pero también nombran a directores a modo, convencen y someten a consejeros alumnos con prebendas para que el voto les favorezca en el momento que se requiera.

El crecimiento de la UADY, tanto en lo académico como en la infraestructura, debe ir paralelo para no caer en cráteres administrativos. De igual manera, se debe considerar el aumento en la matrícula estudiantil. ¿De qué sirve construir edificios, aumentar  la nómina y la matrícula estudiantil, si el presupuesto no lo considera?

Señores de Mérida, señores de Yucatán, señores universitarios, esta es la imagen y el panorama de la alma máter. Ustedes sabrán si siguen en esa misma línea o ya se ejerce un cambio.

MVZ José de Jesús Williams

Ustedes deciden.