martes, 4 de marzo de 2014

marzo 04, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 4 de marzo.- Un mar de color se desgranó esta noche en el Palacio de Cristal del Reino de la Diversión en Xmatkuil, con la presentación de la Noche Regional que se celebra normalmente frente del Palacio Municipal y que trasladó momentáneamente su sede con motivo del Carnaval de Mérida 2014.

Vistosos colores del traje regional femenino de gala, el terno, con sus bordados de xocbichuy, o punto de cruz, o los más modestos bordados a máquina y los clásicos lazos adornados con flores, matizaron la explanada que se convirtió en improvisada pista de baile para representar la vaquería.

Jaraneros de lujo en Plaza Carnaval.

Los danzantes hicieron gala de lo aprendido en la Escuela de Folklore.
Mestizas esperan que los galanes las saquen a bailar.

Pequeños que dan sus primeros pasos en la jarana.

Los músicos que hicieron posible esta agradable noche.

Sin distinción de edades, la jarana unió a varias generaciones cuyo único fin fue disfrutar de la tradicional música yucateca y pasar momentos de sana diversión.

Todos los conjuntos de jaraneros del Ayuntamiento se dieron cita esta noche en Xmatkuil para complementar las actividades con motivo del paseo de Lunes Regional del Carnaval, desde el grupo de infantil, hasta el juvenil, Titular, Representativo y Adulto Mayor.

En un imaginario escenario, también sirvió la Noche Regional para que convivan las “diferentes clases sociales”, ya que por un lado se veía a varones con sus trajes de lino y sus alpargatas chillonas, y a junto a ellos unos con trajes de faena hechos de manta, sombrero de bajo costo, pañuelo rojo, delantal de cotín y alpargatas “de llanta”, algunos con calabazos o sabucán al hombro.

Esta noche permitió también romper los acartonados movimientos sincronizados a los que obliga el bailar en conjunto, ya que cada pareja pudo interpretar la jarana de acuerdo con su manera de sentir la música, y dio los pasos que consideró adecuados al compás.

La improvisada pista de baile consistió en un círculo que el mismo público hizo alrededor de los danzantes, dándoles el espacio suficiente que requiere la jarana.

No faltó un perdido “cowboy” que se perdió de pista y se metió al de la Noche Regional para acompañar a guapa mestiza. Tampoco una pequeña que con lazo a la cabeza, dio sus primeros pasos de jarana.

Todos danzaron durante más de una hora al ritmo de la orquesta jaranera Modelo de Opichén, de Gervasio Tzec Xool, quien deleitó a danzantes y espectadores con casi 25 canciones, la mayoría muy conocidas, como el Chinito Koy Koy, con ritmo de 3 por 4, de Rubén Darío; Nicte Há, al mismo ritmo, Bertha Minelia (6 por 8), Ursula (3 por 4), entre muchas otras, que culminaron con el clásico cierre del son de jaleo El Torito.