domingo, 16 de marzo de 2014

marzo 16, 2014
Pedro Echeverría V.

1. Durante algún tiempo confundí a los “policías comunitarios” del estado de Guerrero con las llamadas “autodefensas armadas”. Sabía por comunicados que recibía y por caravanear junto a ellos y Sicilia de Cuernavaca al DF en 2011, de la labor que hacían los primeros plenamente identificados con su comunidad. De la autodefensas comencé a enterarme hace apenas un año en Michoacán y en ese tiempo he visto crecer ese movimiento como espuma. Me preguntaba: ¿Por qué crece tan rápido este último movimiento y no se reprime al dirigente –doctor Mireles- que hace declaraciones con la mayor facilidad del mundo?

2. A pesar de que siempre dudo, pensé y escribí ilusamente que las “autodefensas” nacieron para denunciar la incapacidad del gobierno y su ejército para dar seguridad a los pueblos; pero al poco tiempo comencé a escuchar declaraciones en el sentido de que ellos estaban ayudando directamente al ejército (que muchos serían contratados) y al gobierno en el “combate contra los Templarios” y que ese era su único objetivo. Me quedó entonces absolutamente claro: son los ojos, oídos, brazos, piernas, la extensión del ejército; son quienes indagan, informan, persiguen, “apresan a los Templarios de Michoacán para entregarlos a la justicia”.

3. Si partimos de las luchas ferrocarrileras, magisteriales, estudiantiles, campesinas y de la izquierda de mediados del los 50 y principios de los 60, pues está a punto de cumplirse seis décadas que clausuraron el internado del Poli, que los alumnos de la Nacional de Maestros, que los ferrocarrileros vallejistas, que los maestros del la IX, fueron brutalmente reprimidos por el ruizcortinismo y el lópezmateísmo. Han sido 60 años de luchas desde la izquierda y organizativamente no tenemos nada que pudiera sacudir, o tan siquiera preocupar, al poder del estado. En cambio, en tan sólo un año las llamadas “autodefensas” manejan armas, camiones y avionetas.

4. Los Templarios, los Zetas, los Chapos de Sinaloa, los de Jalisco, Tamaulipas y demás, son conocidos como los poderosos narcotraficantes, pero de ninguna manera son el enemigo principal del pueblo. No son los culpables de que rija en México y en el mundo el sistema capitalista que mantiene en la explotación y la miseria al 80 por ciento de la población. Esos narcotraficantes –se ha demostrado hasta la saciedad- son los aliados en los negocios multimillonarios del imperio de EEUU y de las grandes burguesías de cada nación. Si acaso alguien ha soñado honestamente con acabar con el narcotráfico, primero deberá enterrar al capitalismo.

5. Por eso cuando dicen las “Autodefensas” que su única misión es acabar con los “Templarios” en Michoacán demuestran estar exageradamente limitados de objetivos porque los narcotraficantes están en todo el país, en Centroamérica, el continente y el mundo. ¿O lo que realmente se defiende son los intereses de los grandes propietarios de cada población? ¿Para ese objetivo se dedican miles horas en los medios de información, miles de millones de pesos en el ejército y demás, desviando la atención en los problemas básicos que son el desempleo nacional, los salarios de hambre, el total abandono de los servicios de salud y educación?

6. Hoy se ha hablado de divisiones entre los dirigentes de las “autodefensas” y de la penetración de ellas por personas que antes eran de los narcotraficantes. Al ser parte del Estado y de su presupuesto las “autodefensas” tienen que someterse al mando del ejército y por eso mismo ahora ser más blancos de los narcotraficantes. Mi ilusión de que pudieran ser fuerzas independientes, de izquierda defensoras del pueblo frente la explotación y la miseria se derrumbó. No se si el gobierno se las comió como absorbe todos los movimientos de oposición o el mismo gobierno los creó para convertirlos en un brazo del ejército. De todas maneras allí están. (12/III/14)