domingo, 30 de marzo de 2014

marzo 30, 2014
Gilberto Avilez Tax

En el Registro de anotaciones de las denuncias de terrenos baldíos, consecuente al art. Primero del Acuerdo de la Excelentísima Asamblea Departamental del 5 de 1844, donde se enumera la lista de los denunciantes de tierras “baldías” momentos antes de la Guerra de Castas, en la foja 12 se asienta el nombre "curioso" de un rancho:

El 3 [de julio] de 1845 denunció D. Manuel Castellanos y Delgado vecino de Peto un cuarto de legua de terreno a inmediación del rancho Kankabchén en la comprensión de dicha villa: sus linderos por el oriente el titulado Boldo; al poniente el rancho Tzuchic; al norte la ranchería S. Luis y al sur el rancho Quitacalson.


Y la pregunta consabida es, ¿qué motivo a su dueño a ponerle tan poco católico nombre a su rancho cañero? ¿Recuerdos de unos amores licenciosos y despóticos?, ¿o acaso se sentía muy siete machos para bautizarlo de esa manera?