miércoles, 26 de marzo de 2014

marzo 26, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

Todo cae por su propio peso.

Desde tiempo atrás ya se habían señalado todos los desaciertos y todo el desorden y compadrazgos que se llevaban a cabo en la SEDECULTA, al timón entonces del Lic. Raúl Vela Sosa, quien como académico hizo un sobresaliente currículum siendo maestro y director de la Facultad de Economía de la UADY, director de Educación Media Superior y Superior durante el período de don Víctor Cervera Pacheco (q.e.p.d.), y el primer rector de la UTM en Mérida.

Aún no me explico cómo no declinó ante el ofrecimiento que le hiciera el señor Gobernador Rolando Zapata Bello de llevar las riendas de la SEDECULTA siendo una persona totalmente desconocedora del medio. Quiero pensar que lo hizo por la mal llamada disciplina política y no por un afán netamente protagónico, sobre todo cuando llega a una Secretaría sin su equipo y sí con gente de la administración anterior, gente con vicios añejos que lo arrastraron y lo llevaron a lo que sucedió horas atrás.

Raúl Vela Sosa. (Foto Manolo García)

Tocó a la Sinfónica de Yucatán, la cual ya tiene un nombre y un prestigio y solita va, puesto que la rige un patronato pero además es, si no la segunda, la tercera mejor Sinfónica del país.

Trastocó también a la Sinfónica Infantil, creando el desconcierto y disgusto entre los niños, los padres de familia y público en general.

Tocó a la Compañía de Ballet que dirige el Maestro Víctor Salas, un hombre con más de 30 años de trayectoria y reconocido no solamente en el medio sino a nivel nacional e internacional, haciéndole lo que el viento a Juárez.

Asignaban los mejores escenarios a ese clan selecto que durante años y años han figurado impidiendo la presentación de otros valores artísticos a quienes los enviaron --sin afán de menospreciar los escenarios-- a colonias, a comisarías, centros culturales o a municipios

Y el acabose fue su penosa comparecencia ante el Poder Legislativo estatal, en la que punto a punto que presentó, de la misma manera le fueron refutados.

Como verán, estos son tan sólo algunos de los errores, horrores y desaciertos cometidos en su gestión.

Es una pena que un personaje como Raúl Vela haya echado por la borda en año y meses todo el buen nombre y la trayectoria que había labrado a través de tantos años.

Ojalá este momento histórico no sea el final de su carrera política, sino que haya sido una caída de la cual se pueda levantar, pero más importante, haya aprendido la lección, y si le llegan a ofrecer alguna otra responsabilidad, la analice primero y si es afín a su perfil, la acepte y que tome en cuenta a ese su equipo que durante años lo acompañó.

De nueva cuenta, reitero que es una persona valiosa y que debe meditar con calma su futuro.

Es cuanto.