jueves, 27 de marzo de 2014

marzo 27, 2014
Carlos Loret de Mola Álvarez / 27-III-14

En su influyente columna de ayer Las memorias de El Chapo, en la que generosamente cita a estas Historias de Reportero, Jorge Fernández Menéndez expresa que es casi imposible que Joaquín Guzmán Loera esté escribiendo un libro pues en cualquier penal de máxima seguridad está prohibido que tengan papel o pluma, no se diga una computadora.

Escogí mal el verbo “escribir” en el título de mi entrega de antier a la que hace referencia (El Chapo escribe su libro. El gobierno teme que se escape). De hecho, en el desarrollo del texto no menciono nada de “escribir” sino de “preparar” sus memorias.


Más allá del permiso para tener pluma y papel, Guzmán Loera no escribe. Nunca lo ha hecho. Ni a mano ni en computadora:


Cursó hasta segundo año de primaria y según los reportes de inteligencia oficiales, no sabe escribir bien (basta ver su esfuerzo para firmar con su nombre cuando lo ingresaron a la cárcel del Altiplano). Los análisis de su personalidad destacan su extraordinaria memoria: que operaba todo su cártel sin llevar apuntes, guardando todos los datos en la cabeza.

Por tanto, no sería esperable que El Chapo escribiera personalmente sus memorias, sino que las fuera relatando en las visitas con abogados y familiares, para que un escritor anónimo (un “negro”, le dicen en el argot editorial) las vuelva libro.

Es muy común la existencia de “escritores fantasma” que organizan, estructuran y redactan libros que firman otras personas que les cuentan sus vivencias, ocurrencias, reflexiones.

Otro tema que apunta el periodista Fernández Menéndez es el de la seguridad en el penal de máxima seguridad del Altiplano. Expone que las condiciones son muy distintas a aquellas de Puente Grande en 2001 cuando se fugó Guzmán Loera, y que ahora no hay una vulnerabilidad tal que le permita escaparse.

Yo también pensaba eso: que se habían endurecido los controles, que mantenían a raya a los prisioneros, que se había recuperado el gobierno interno tras la crisis que generó en el sexenio de Vicente Fox que Osiel Cárdenas, líder del cartel del Golfo, hasta concediera una entrevista telefónica desde esa cárcel del Altiplano (antes La Palma, antes Almoloya).

Pero reportes oficiales del Gabinete de Seguridad del presidente Enrique Peña Nieto, que cito en mi columna de antier, advierten que la seguridad en ese penal no es del todo confiable y que la Policía Federal ahí destacamentada no tiene todo bajo control.

Esas son las preocupaciones que tienen hacia adentro los altos funcionarios. Hacia fuera, la versión oficial es otra: apenas ayer que lo entrevisté en Primero Noticias de Televisa, el nuevo comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García, negó rotundamente que El Chapo pudiera fugarse otra vez y dijo confiar en los policías federales que tienen bajo su cargo la prisión donde se encuentra.

SACIAMORBOS

Agradezco a Jorge Fernández Menéndez su atención a mi columna, y la posibilidad —desde su información y reflexiones— de puntualizar una cosa y reafirmar otra.