domingo, 2 de marzo de 2014

marzo 02, 2014

Aurelia Pech se llamaba una mujer fuerte que en el año de 1889 se inscribió entre los cargadores de número del Comercio.

Aurelia no desdeñaba un trago de lo fuerte y se liaba a puñetazos con cualquiera cuando el caso lo requería. Y no es que hubiera en ella nada de ambiguo o patológico: era sencillamente una mujer normal, madre de tres hijos, que si vestía y trabajaba como hombre, era porque -como ella decía- ganaba de este modo en un solo día más de lo que ganar pudiera en un mes con las labores de su sexo, que si hoy se pagan mal, entonces se pagaban peor. ¡La primera feminista práctica en Yucatán!