domingo, 16 de febrero de 2014

febrero 16, 2014



Refiere el sabio explorador francés M. Desiré Charnay que, cuando en 1886 volvía por Campeche de recorrer toda la Península Yucateca, ocupó en Vista Alegre, cerca de Tenabo, un trencito de mala muerte y de tan poco poder de tracción que cuando la vía iba un poco cuesta arriba todos los pasajeros tenían que echar pie a tierra y empujar el tren o tirar de él.

Todos, incluso el narrador, participaron por turnos en esta faena, menos un pasajero gordo que se negó a hacerlo alegando que había pagado para que la máquina lo arrastrara a él y no para arrastrar a la máquina.