sábado, 8 de febrero de 2014

febrero 08, 2014
PALMA DE MALLORCA, 8 de febrero.- La Infanta Doña Cristina lleva prestando declaración desde las diez de la mañana de este sábado en el Juzgado de Palma de Mallorca, donde ha sido citada como imputada por el juez José Castro por un supuesto delito fiscal y de blanqueo. Doña Cristina llegó al Juzgado a las diez menos cuarto de la mañana aparentemente tranquila y muy sonriente, mucho más serena de lo que estaba Iñaki Urdangarín en su primera declaración ante el juez en febrero de 2012.

La infanta Cristina llegó en coche a las 9:46 horas a los juzgados de Palma, donde continúa declarando ante el juez y, tras descender del vehículo, ha recorrido unos metros a pie hasta la puerta del edificio judicial. Durante su breve recorrido, la infanta ha sonreído y saludado a los periodistas que se congregan en los juzgados. (larazon.es)

Tal y como le recomendaron el juez decano, la Policía y en su entorno más próximo, la Infanta bajó la rampa en coche, en un Ford Focus azul marino, y recorrió a pie los cinco metros que separaban al vehículo de la puerta. En tan corto recorrido, Doña Cristina saludó tres veces con un «buenos días».


Hasta ayer mismo, la hija menor de los Reyes había mostrado su deseo de bajar la rampa a pie, como hizo su marido en las dos ocasiones en las que ha acudido a declarar ante el Juzgado de Palma. Sin embargo, finalmente cedió y siguió las recomendaciones de que accediera en coche.

En el vehículo acompañaba a la Infanta su abogado, Miquel Roca, que llegó a la isla ayer viernes, pero que esta mañana ha ido a recoger a Doña Cristina al aeropuerto de Son San Joan, donde había aterrizado sobre las nueve horas procedente de Barcelona. Otro de sus abogados, Jesús Silva, salió a recibirla a la puerta del Juzgado, donde la Infanta le estrechó la mano antes de pasar al interior del edificio.

La llegada de Doña Cristina al Juzgado ha sido visualmente y sonoramente muy parecida en cuanto al formato a su llegada a algunos de los numerosos actos oficiales que ha presidido a lo largo de su vida hasta que fue apartada de la actividad institucional en noviembre de 2011.

Para declarar ante el juez, Doña Cristina eligió una chaqueta de terciopelo azul marino, unos pantalones en un tono azul grisáceo, botines y bolso de color negro.

Aunque a escasos metros del Juzgado estaba convocada una manifestación de protesta -que apenas logró reunir a media millar de personas-, en el callejón por el que accedió la Infanta no se oían ni los gritos ni los pitidos de los manifestantes.

Cuando la Infanta llegó a las dependencias judiciales, en el interior del edificio ya se encontraban el juez José Castro, que llegó a las siete de la mañana; el fiscal Pedro Horrach, que apareció poco después de las nueve y media, los abogados de la Abogacía del Estado, los de Iñaki Urdagarín -Mario Pascual Vives- y de su exsocio Diego Torres -Manuel González-Peeters- y los otros abogados de la Infanta, Pau Molins y Jaume Riutort, que llegaron con Jesús Silva pasadas las nueve y media.

La Infanta accedió al Juzgado bajo estrictas medidas de seguridad y ante un centenar de medios de comunicación que llevaban dos horas aguardando su llegada.

Se prevé que la declaración de Doña Cristina no se prolongará demasiado en el tiempo, ya que en principio solo tiene previsto responder a las preguntas del juez, del fiscal, de la Abogacía del Estado y de la Comunidad balear, y de sus propios abogados. Es decir, que no respondería ni a las preguntas de Manos Limpias ni a las del foro cívico de Julio Anguita, que se ha personado recientemente en el caso Nóos, lo que le dará la visibilidad que no ha logrado con sus propuestas. (ABC)