jueves, 20 de febrero de 2014

febrero 20, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

Resulta ser muy interesante reflexionar acerca de dos documentos que rigen sobre la identidad de todos los mexicanos: la credencial de elector y la CURP, dos documentos que siempre piden al momento de registrarse en alguna escuela, en algún trabajo, incluso para solicitar un pasaporte, etcétera.

Pero vemos que una tiene fotografía y la otra carece de ella. Si la CURP es la Clave Única de Registro de Población, que al momento de asentar a uno en el Registro Civil de acuerdo a las fechas y a las letras del nombre de a quien asientan es nuestra identificación ante la población, ¿por qué no utilizarla en los bancos, en las escuelas, en los eventos oficiales en los cuales se solicite algún documento? ¿Será porque carece de fotografía? ¿Por qué no añadírsela y establecer los tiempos para actualizar la imagen del que aparece en ella y así evitar un gasto tan engorroso al Estado y que sirva ésta para todos los trámites legales en los cuales la soliciten?

¿No será que no le han agregado la foto a fin de que los mexicanos nos sintamos obligados a sacar nuestra IFE, y de esta manera justificar un aparato burocrático con salarios a los altos funcionarios que lo presiden en la Nación y en cada entidad federativa, que resultan ser una grosería y ofensa al Pueblo, so pretexto de que es "el costo de la democracia"?

La CURP podría servir, con foto, tanto a los estudiantes menores de edad para sus trámites escolares y legales, como a los que ya son ciudadanos en edad de votar, puesto que ésta la tendríamos desde que nos asientan en el Registro Civil hasta el momento de fallecer.

Cierto es que estos sueldos sólo corresponden a los altos jerarcas porque la gente que hace la labor hormiga del IFE recibe migajas en comparación.

Ahora resulta que si tu credencial de elector no tiene el número 15 atrás, no podrás utilizarla en elecciones venideras pero tampoco tendrá validez para trámites legales y bancarios que uno tenga que realizar, como una medida de presión para que acudamos a cambiarla y con ello seguir justificando y manteniendo a este gran aparato burocrático creado por el Gobierno de la Nación.

Cierto es, no tiene costo alguno; aparentemente. Pero en realidad la emisión de este documento representa un alto costo, tanto en su elaboración, que es un plástico, un costo que nuestros impuestos están manteniendo.

Resumiendo: la credencial de elector seguirá imperando para todos los trámites que requiera un mexicano, incluyendo votar, y la CURP seguirá pasando por el arco del triunfo, tan sólo como un documento legal y de nuestra existencia.

Usted ¿qué opina?