lunes, 17 de febrero de 2014

febrero 17, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 17 de febrero.- Las jubilaciones y pensiones, por desgracia, son cosa del pasado. Para la gran mayoría de quienes hayan empezado a trabajar en los últimos años de manera formal, la recompensa por 30 o más años de fiel servicio a una institución, de décadas de jornadas de 8 a 12 horas al día seis o 7 días a la semana, será una mísera liquidación de seis dígitos (si tienen suerte) y un Afore. Desventurados aquellos que vivan más de lo que les dure ese dinerito.


Estas medidas fueron impuestas en el tercer mundo por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los gobernantes de las últimas décadas. Por supuesto, los altos directivos de las empresas e instituciones públicas ganan en pocos meses lo que un trabajador recibirá como pago final por la labor de su vida, así que ellos no tienen de qué preocuparse.

La Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) no es ajena a estas medidas, pero no se aplicaron retroactivamente (excepto en el caso de los sobresueltos de los directivos, a quienes sí redujeron sus salarios de forma retroactiva). Los jubilados que alcanzaron serlo tienen derecho a cobrar de manera vitalicia, y algo que sus deudos deben saber es que ellos también tienen derechos.

Aparte de cobrar la Plica de Designación de Beneficiarios del Trabajador (aquella hoja verde con la firma y huella dactilar del trabajador que indica los nombres de los beneficiarios que él eligió para cobrar el Seguro de Vida que otorga la Universidad al ocurrir su deceso, según el Contrato Colectivo de Trabajo, y el porcentaje del total que recibirá cada uno), los deudos tienen derecho a pedir la liquidación del trabajador, en los términos que marca el Contrato Colectivo.

Para ello, tendrán que acudir a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de esta ciudad (Avenida Internacional entre 14 y 16, Ciudad Industrial), demostrando el parentesco con el trabajador fallecido -sobra decir, con la documentación que demuestre su defunción y el parentesco con éste- y argumentando ser dependientes económicos de él o ella. Ahí les preguntarán dónde trabajó (en qué Facultad, escuela u oficina), cuáles eran sus funciones, sus horas de clase (en caso de ser maestro) y los años que dio clase, entre otros datos.

No esperen que el proceso sea rápido. Puede tardar hasta medio año. Los abogados de la Junta Local les pedirán que le pregunten al abogado de la UADY en el Edificio Central X dato, dicho abogado les dirá "Sé que les dijeron que preguntaran X, pero no es necesario", y se negará a darlo. De ser preciso, obtengan la información por medio de Transparencia, o acudan en compañia de un familiar o amigo que sea abogado también.

A la Junta Local le es indiferente este proceso, pero a la UADY no le gusta pagar (recuerden que ya hasta quieren cobrar por consulta en el Servicio Médico). Inclusive son capaces de negar la existencia de la liquidación si ven que el deudo cree que la plica es lo único que existe. Lo más probable es que ellos no lo mencionen. Ustedes tienen que mencionarlo e informarse en vida, ya sea para asegurar su futuro (como hijos, viudos, viudas, etc.) o el de sus deudos, si es usted trabajador o jubilado de la Universidad.

En este proceso no aplican los testamentos. Si no están casados por lo civil, la viuda o viudo no recibirá nada de la liquidación.

Santander

El pago se les hará en forma de cheques, a cobrarse en Santander, donde intentarán convencerles de crear una cuenta con ellos e inclusive argumentar que no cuentan con suficiente efectivo para pagarles ese día, y casi coaccionándolos para unirse al banco. Esto no es recomendable ya que drenarán la cuenta lenta y sigilosamente con seguros de vida y cobros que crean y aplican de manera dolosa, sin tan siquiera informar al cliente. (JMRM)

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