miércoles, 12 de febrero de 2014

febrero 12, 2014
BÉLGICA, 12 de febrero.- Bélgica ampliará mañana a los menores de edad la ley que autoriza la eutanasia, vigente desde 2002, y se convertirá en el segundo país europeo en hacerlo, después de Holanda.

Imagen: Getty Photograph: Rubberball/Getty Images/Rubberball

Los diputados debatirán al respecto en sesión plenaria este miércoles, antes de votar el texto en las últimas horas de la tarde del jueves, pese a la oposición de algunos pediatras y de la jerarquía católica belga.

La adopción del proyecto de ley se considera segura, dado que ya obtuvo una amplia mayoría en el Senado y en la comisión de Justicia de la cámara baja.

La nueva ley entrará en vigencia en las próximas semanas.

El texto prevé que un menor que tenga al menos 12 años de edad pueda pedir la eutanasia si es "capaz de discernir, tiene una enfermedad incurable y un sufrimiento físico imposible de suavizar" y se encuentra en fase terminal. Para ello deberá recibir el diagnóstico de un equipo médico, así como el acuerdo de los padres.

Los senadores quitaron del proyecto el sufrimiento "psíquico" insoportable, que, en el caso de los adultos, sí abre la vía a la eutanasia.

El proyecto de ley fue impulsado por el senador socialista Philippe Mahoux, autor de la ley con la que se autorizó en 2002 la eutanasia para adultos.

El senador explicó que quiso responder al deseo expresado por pediatras y enfermeras que enfrentan "el sufrimiento insoportable" de los niños "que no se puede aliviar" y al que sólo pueden responder de manera ilegal.

Según el testimonio de médicos y enfermeras, que afirman que ya se inocularon sustancias de manera ilegal a menores cuyo sufrimiento era "insoportable", esta ley tendrá un alcance limitado a unos diez casos por año.

En 2012, Bélgica registró 1.432 eutanasias, el 2% de los fallecimientos.

En Holanda, primer país europeo en legalizar la eutanasia activa, con la administración de un medicamento, así como el suicidio asistido en 2001, la ley permite a los menores a partir de los 12 años reclamar la interrupción de vida si el médico, que está en el centro del proceso, tiene la convicción de que no existe otra solución razonable para el paciente y que el sufrimiento "es insoportable y no tiene perspectivas de mejora". (La Razón Digital / AFP / Bruselas)