jueves, 16 de enero de 2014

enero 16, 2014
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 16-I-14

La noche de este lunes 13 de enero se difundió un video de un hombre cuyo paradero era desconocido. Unas horas antes, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había lanzado un exhorto a los grupos de autodefensa de Michoacán para que bajaran las armas.

En el video, mal grabado, oscuro, con el fondo de una pared simplona, el líder más visible de los grupos de autodefensa michoacanos, el doctor José Manuel Mireles, sin la soltura que lo caracteriza, con la inseguridad al hablar de quien quiere repetir un guión que no logró memorizar bien, semblante arrinconado, se adhirió al plan del gobierno federal. 


Cuando ese video fue difundido, José Manuel Mireles estaba en la casa donde se refugia. Llevaba unas horas ahí desde que un helicóptero de la Policía Federal se lo llevó de Médica Sur a ese lugar de dirección desconocida, pero en donde se supone goza de condiciones de seguridad que lo protegen de ser asesinado por el cártel de Los Caballeros Templarios, según ha denunciado él mismo.


Como no tiene televisión en el inmueble donde se resguarda, el líder de Tepalcatepec se enteró de que su video estaba al aire porque se lo dijeron los cinco reporteros que lo acompañaban.

Los periodistas tenían unos minutos de haber llegado. Fueron citados en un sitio público al sur de la ciudad de México y unas camionetas se los llevaron —cubiertos de cuerpo completo con mantas, en el asiento de atrás— al resguardo secreto de Mireles.

“Ese es un comunicado que hice para Gobernación, no creí que lo fueran a hacer público”, les explicó Mireles cuando le informaron del contenido del que supieron a través de Twitter los reporteros convocados.

Y entonces se desdijo por completo. Ahora sí con la sonrisa característica, cuerpo echado para adelante, la desfachatez y seguridad al expresarse que lo han vuelto una figura mediática, Mireles rechazó el desarme de las autodefensas en un segundo video grabado desde la clandestinidad por reporteros, no por funcionarios.

En el gobierno federal no creyeron al principio que existía un segundo video, menos creyeron que reporteros habían podido tener acceso a Mireles. Cuando vieron que era cierto, empezaron a planear… un tercer video.

El libreto oficial se estropeó: uno de los pocos interlocutores a los que Gobernación tenía confianza había quedado vapuleado en su credibilidad pública y desconocido por las autodefensas. Mireles perdió el liderazgo y el gobierno perdió un interlocutor.

Las autodefensas rechazaron la inicial y automática adhesión de Mireles al plan federal, y lograron negociar, un día y un par de muertes después, que el Ejército les regresara sus armas a cambio de que “fueran más discretos” en su actuar.

SACIAMORBOS

Cuentan embajadores y cónsules que el aplausómetro en su tradicional reunión anual se lo llevó Videgaray; que Osorio, máximo de panzazo; y que Nuño, mal.