jueves, 5 de diciembre de 2013

diciembre 05, 2013
JOHANNESBURGO, Sudáfrica, 5 de diciembre.- Nelson Mandela, el icono de la lucha contra el apartheid que se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, falleció el jueves a los 95 años en su casa en Johannesburgo vencido por una larga infección pulmonar.

Mandela, conocido en Sudáfrica por el nombre de su clan, Madiba, emergió tras pasar 27 años en prisión para guiar a Sudáfrica hacia la democracia tras un pasado de violencia y sangrientos enfrentamientos.

"Compatriotas sudafricanos, nuestro querido Nelson Rolihlahla Mandela, el presidente fundador de nuestra nación democrática, ha muerto", dijo el presidente Jacob Zuma, visiblemente emocionado, en un discurso televisado.

La muerte de Nelson Mandela tiene repercusiones mundiales. Los portales web de los diarios de varios países reflejan la partida del líder sudafricano.

"Madiba nos unió y juntos vamos a despedirlo. Nuestro amado Madiba recibirá un funeral de Estado", sostuvo. "He ordenado que todas las banderas de la República de Sudáfrica ondeen a media asta".


Mandela emergió de las tinieblas rurales para desafiar el poder del Gobierno de la minoría blanca, lo que le dio al Siglo XX una de sus figuras más respetadas y amadas.

Fue uno de los primeros en abogar por la resistencia armada al apartheid en 1960, pero luego pidió por la reconciliación y el perdón cuando la minoría blanca del país comenzó a perder poder 30 años después.

Mandela, quien pasó casi tres décadas en prisión, fue elegido presidente en una histórica votación en 1994, en la que pudieron participar todos los sudafricanos, y se retiró en 1999.

Mandela recibe al Papa Juan Pablo II en el aeropuerto de Johannesburgo durante la visita que el Pontífice realizara a ese país en 2005. (AP)

"Nuestra gente ha perdido a un padre. Pese a que sabíamos que este día iba a llegar, nada puede apagar nuestra sensación de una pérdida imperecedera. Su lucha incesante por la libertad le ganó el respeto del mundo. Su humildad, pasión y humanidad hicieron que se gane el amor de todos", agregó Zuma.

Mandela recibió el premio Nobel en 1993, un honor que compartió con F.W. de Klerk, el líder blanco Afrikaner quien liberó de la prisión al prisionero político más famoso del mundo.

Como presidente, Mandela afrontó el gigantesco desafío de forjar una nueva nación desde las profundas injusticias raciales que quedaron de la época del apartheid, haciendo de la reconciliación el objetivo central de su mandato.

El sello del mandato de Mandela fue la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que juzgó los delitos de los dos bandos en la época del apartheid y trató de curar las heridas del país. También fue un modelo para otros países asolados por los problemas civiles.

En 1999, Mandela entregó el poder a una camada de líderes jóvenes mejor preparados para manejar la economía moderna, un poco común retiro voluntario citado como un ejemplo para los líderes africanos.

Ya retirado, Mandela dedicó todos sus esfuerzos a luchar contra la crisis del sida en su país, una batalla que se volvió personal cuando su único hijo vivo falleció a consecuencia de la enfermedad en el 2005.

La última gran aparición pública de Mandela fue en el 2010, cuando presenció la final del Mundial de fútbol en su país.

A su llegada al estadio de Johannesburgo en que se jugó la final, recibió una ensordecedora ovación de los 90,000 espectadores presentes en Soweto.  (Reuters)

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