jueves, 26 de diciembre de 2013

diciembre 26, 2013
ESPAÑA, 26 de diciembre.- El sacerdote jesuita Jorge Loring Miró ha fallecido el miércoles 25 de diciembre en Málaga en la clínica El Ángel a los 92 años, después de sufrir un ataque cerebrobascular. El funeral ha sido este jueves al mediodía, en la parroquia del Sagrado Corazón.


El sacerdote, nacido en Barcelona en 1921, era bisnieto de los dueños de La Concepción, Jorge Loring Oyarzábal y Amalia Heredia Livermore y era hijo del ingeniero malagueño Jorge Loring Martínez, quien fundó una línea de zepelines entre Sevilla y Buenos Aires.


El padre Loring fue alumno del colegio de San Estanislao de Kostka y se ordenó sacerdote en 1954, a los 33 años. Durante un cuarto de siglo fue padre espiritual en cinco grandes fábricas de Cádiz, pero su fama le vino por sus libros y conferencias sobre la Sábana Santa de Turín, del que era una autoridad mundial, impartiendo charlas por América y Europa hasta casi el final de su vida. (La Opinión de Málaga)

El P. Jorge Loring subió al a Casa del Padre

Hay personas que, de una manera o de otra, dejan cierta huella en la existencia de los seres humanos. Si hablamos de lo religioso, bien los santos o los mártires iluminan la existencia de aquellos que caminamos hacia el definitivo Reino de Dios.

Así hay personas que, como el P. Jorge Loring, han demostrado que se puede ser hijo de Dios llevando una vida llena de gozo y de esperanza. Su ejemplo como trabajador incansable de la viña del Señor ha puesto sobre la mesa de nuestra pecadora realidad que cuando se quiere casi siempre se puede.

Esto no es ninguna biografía sobre este hombre de Dios sino un sentido homenaje de quien considera que el P. Jorge Loring, sacerdote jesuita que acaba de ser llamado por Dios a comparecer ante su tribunal, es un buen ejemplo en el que copiar todo lo que buenamente seamos capaces de copiar o imitar. Seguro que estaría más que contento sabiendo que hay muchos católicos que, como él, tratan de ser fieles a Dios y trazan un camino para sus vidas en el que la fe es un instrumento de vitalidad que no tiene parangón.

Jorge Loring, Sacerdote, hombre bueno y hermano nuestro, descansa en paz. Y, por favor, ruega desde el cielo por nosotros, pecadores que no tenemos más que nuestro propio corazón, a veces ennegrecido por la mundanidad, para alcanzar el definitivo Reino de Dios. (Eleuterio Fernández Guzmán para infocatolica.com)