viernes, 27 de diciembre de 2013

diciembre 27, 2013
Opinión de JMRM

Por medio de un comunicado enviado a varios medios de comunicación*, el señor José Rodrigo Osorio Cáceres, ex apoderado legal del Ayuntamiento de Mérida, niega categóricamente haber ido a la fiesta "rave" de Chuburná el pasado domingo 15 de diciembre a consumir sustancias ilegales y asegura que fue detenido injustamente.

"Desde el principio de nuestra administración hemos sido muy claros, pues cualquier comportamiento que vaya en contra de lo que estamos promoviendo, ya sea en horas laborales o en casos que tengan alguna circunstancia cuestionable, será dado de baja a la brevedad", declaró el alcalde Renán Barrera Concha a pocos días del incidente.

Sin embargo el ex funcionario ahora asegura que fue a la fiesta para "recoger a una amistad" que se lo solicitó, niega haber consumido sustancias ilegales y sostiene que él renunció "para no afectar la imagen de la comuna". Osorio Cáceres también asegura haber sido detenido arbitrariamente e incomunicado sin motivo alguno.

Si es inocente ¿Por qué no lo demostró en su momento? ¿Por qué no presentó sus supuestas pruebas ante el alcalde y los medios desde el principio?

¿Está acusando al alcalde de mentir? ¿Está acusando a la SSP de falsificar los resultados de los análisis? ¿Está acusando a Dios de ponerlo en el lugar y momento equivocados? ¿Está acusando a los medios de publicar la información dada por las autoridades?

¿Por qué ahora, a más de 10 días de su debacle profesional, da la cara?

Porque ahora las noticias son para siempre. Lo que hiciste hoy, hace uno o cinco años y va ligado a tu nombre te seguirá mientras vivas. Es una realidad a la que tenemos que acostumbrarnos.

La detención del ex funcionario y las demás personas que allí se encontraban fue documentada por los siguientes medios: Excélsior, Proceso, Diario de Yucatán, Por Esto!, Yucatán Ahora, Sipse, Progreso Hoy, Zócalo, Libreprensa, Un1ón Yucatán, Tribuna Campeche, Yucatán a la Mano, Reporteros Hoy, Libertad de Expresión Yucatán y otros portales. Es factible que todos los medios, si les llega, hagan pública su versión, mas no que retiren la información original. Cometería un gran error si, en su frustración, recurre a amenazas legales que pretendan coartar la libertad de expresión.

¿Podrá la difusión de su versión contrarrestar la información oficial? Es improbable, casi imposible. La historia de un funcionario despedido tras verse involucrado -por accidente o por su propia culpa- en el escándalo del mes es mucho más atractiva que sus posteriores -y, en este caso, muy atrasados- alegatos de inocencia.

No aseguro que Osorio Cáceres sea culpable, pero tampoco tengo motivos para creerle ciegamente. Ahí quedan ambas versiones, para que los interesados decidan qué pasó realmente esa noche.

*Del cual no nos llegó una copia. De haber sido así, con gusto lo publicaríamos.