miércoles, 4 de diciembre de 2013

diciembre 04, 2013
LONDRES, 4 de diciembre.- Ocho cachorros se vieron forzados a comerse entre sí para intentar sobrevivir después de que sus amos los encerraran en una cocina donde los dejaron morir de hambre.

A pesar del caso abrumador de crueldad hacia los animales, Sam Hessin, de 39 años, y sus dos hijos, Damon, de 22, y Hazel, de 18, no irán a prisión.

Fotografías proporcionadas por la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA, en español Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales) muestran los restos podridos sobre sus heces fecales en una casa de Melton Mowbray, en Leicestershire.

La familia Hessin encerró a las ocho mascotas, de unos seis meses de edad, "porque los mordían" y "no se les ocurrió otra cosa que hacer".

Cadáveres de los Terriers.

El fiscal Kevin McCole dijo: "La peste era casi insoportable, con las heces de los perros de varias pulgadas de espesor. Parecía que el lugar no se había limpiado en años".

"Queda claro que los cachorros sufrieron y era obvio que necesitaban ayuda".

Y añadió: "La vida de algunos puede haber durado más al comerse a los otros". 

Damon y su hermana Hazel no irán a la cárcel pero tendrán que hacer trabajo comunitario.

Sam Hessin fue quien decidió encerrar a los cachorros y dejarlos morir.
Los vecinos admiten haber oído a los perros aullar de noche. Uno opina que la familia debería ir a la cárcel y no andar libres, como si no hubieran hecho nada. "Es terrible cómo hicieron pasar esa tortura a los pobres perros. La gente oía a los animales llorar en las noches, pero nadie imaginaba que estuvieran muriéndose".

El cráneo de un cachorro.

Otro vecino narra que los defensores de animales de la RSPCA estaban llorando al descubrir la escena. La sentencia a los Hessin fue demasiado leve". 

Se prohibió a Damon y Hazel tener mascotas en toda su vida después de que admitieran que causaron sufrimiento a los perros.

Sam Hessin prohibió a sus hijos entrar a la cocina y guisaban sus alimentos en la sala.

El lugar despedía un olor rancio repugnante por estar los cuerpos en avanzado estado de descomposición.


La señora fue condenada a 18 semanas de cárcel pero a cambio estará en libertad bajo palabra durante un año y tendrá que realizar trabajo comunitario 200 horas, además de pagar 80 libras esterlinas.

Sus dos hijos recibieron condenas menores.

El personal de la RSPCA acudieron a la casa en Melton Mowbray tras una denuncia de la dueña de la casa, quien se las había rentado a los Hessin.

Los inspectores quedaron atónitos al encontrar los restos putrefactos de los canes. Deb Scotcher vio en el suelo de la cocina seis Staffordshire Bull Terriers muertos y los cráneos de otros dos cachorros. El veterinario estimó que tendrían seis meses al morir.  (Daily Mail)

0 comentarios:

Publicar un comentario