domingo, 22 de diciembre de 2013

diciembre 22, 2013
Bajo Reserva | Periodistas EL UNIVERSAL | 22-XII-13

MUCHA desazón hay en las filas del calderonismo con el proceso de sucesión en la presidencia del PAN. Algunos personajes cercanos al ex presidente Felipe Calderón ven que la figura de Gustavo Madero, dirigente del partido, se fortaleció en la negociación del Pacto por México, y amplió sus tentáculos en los gobiernos estatales azules. Y claro, si no lo vencen en el próximo relevo en la dirigencia del PAN, entonces tendrá más fuerza en 2014. Peor aún, en el escenario actual los calderonistas están divididos, lo admiten. Lo que sí tienen claro es que Calderón va a jugar en la sucesión panista, quizá con Ernesto Cordero, aunque el ex mandatario no ha destapado sus fichas. Así, el calderonismo se trepa al cuadrilátero para la campal azul.


ANTES de que oficialmente arranque el proceso de sucesión azul y de que los panistas hagan oficiales sus posiciones, algunos distinguidos militantes han arrancado pre campaña en busca de la silla, como el senador Ernesto Cordero, quien tuvo un evento en Naucalpan, Estado de México. Al lugar llegó la militancia de Atizapán, patrocinada por el alcalde Pedro Rodríguez Villegas y el diputado Alfredo Rivadeneyra, quien la noche anterior les regaló una posada a los atizapanenses. Por cierto, don Ernesto habló de sacar a los “malosos” del PAN. En octubre de 1995, el entonces presidente Ernesto Zedillo uso la misma palabra para referirse a los delincuentes.

MUY VIGILANTE de lo que hacen sus militantes, incluidos algunos funcionarios y ex servidores públicos —y para sacudirse la mala imagen— el PRI ha abierto varios procesos de expulsión. El caso más sonado es el Manuel Martínez Garrigós, ex dirigente del PRI en Morelos y actual diputado local, señalado por malversación de fondos. Pero el caso no se queda ahí, nos dicen. La regidora con licencia en Guadalajara, Elisa Ayón, enfrenta un juicio de expulsión por estar involucrada en un presunto escándalo de corrupción. Los dos expedientes están siendo analizados por la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, que tiene los ojos muy abiertos para evitar altercados en las filas priístas, nos explican.

CIERRAN el año en Los Pinos. Después de la promulgación de la reforma energética y, enseguida, encabezar la sesión del Consejo Nacional de Seguridad en el Patio Central de Palacio Nacional, el presidente Enrique Peña Nieto convivió lejos de cámaras y grabadoras con todos los integrantes del gabinete y altos mandos de las secretarías de Estado. El mandatario, nos dicen, platicó en corto con secretarios, subsecretarios y algunos directores. Comenzó con Gobernación y la cancillería. Posteriormente, habló con representantes de las Fuerzas Armadas, para continuar con el resto de los grupos. Agradeció su apoyo “incondicional” durante este primer año de gobierno, nos comentan.

TOTALMENTE dispersas y desorganizadas se mostraron las izquierdas en su lucha contra la reforma energética. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas dijo hace algunos días que se requiere de la unidad para hacerle frente con la estrategia judicial. Sin embargo y para muestra de lo que ocurrió, quedaron en el registro las ausencias de los dirigentes de Movimiento Ciudadano y del Partido del Trabajo en el debate y las movilizaciones que se dieron en torno a las cámaras del Congreso. El sempiterno legislador Alberto Anaya, líder del PT, solamente se da sus vueltas por los templetes si está Andrés Manuel López Obrador. Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, pregona que el petróleo es de los mexicanos. De ahí no pasa. Y el Movimiento Regeneración Nacional va mejor solo.

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