Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 19-XI-13
Tabasco es el único estado en el que se permite que una mujer alquile su útero como madre subrogada que provee un óvulo para su fecundación o como madre gestante sólo para que se desarrolle un embrión con el que no tiene vínculo biológico.
El avance en las técnicas de reproducción asistida es una maravilla que abre posibilidades extraordinarias.
Sin embargo, la vaguedad de la ley para la maternidad subrogada en aquel estado da pie a prácticas que atentan contra los derechos humanos tanto de quienes contratan como de las mujeres que prestan su útero.
Tabasco es el único estado en el que se permite que una mujer alquile su útero como madre subrogada que provee un óvulo para su fecundación o como madre gestante sólo para que se desarrolle un embrión con el que no tiene vínculo biológico.
El avance en las técnicas de reproducción asistida es una maravilla que abre posibilidades extraordinarias.
Sin embargo, la vaguedad de la ley para la maternidad subrogada en aquel estado da pie a prácticas que atentan contra los derechos humanos tanto de quienes contratan como de las mujeres que prestan su útero.
Al margen de las clínicas serias, legalmente establecidas –que según las autoridades son sólo dos--, han surgido también agencias que se dedican a ofrecer en el extranjero paquetes de “turismo reproductivo” a Tabasco.
En Estados Unidos es posible contratar ese procedimiento en los estados de California y Florida, y lo mismo ocurre en varios países europeos, pero el costo es muy elevado. Tabasco se convierte en un paraíso porque se puede obtener el mismo servicio mucho más barato.
El fenómeno se presenta desde hace varios años en la India, considerado el principal destino del turismo reproductivo. Como allá, en Tabasco las agencias están haciendo un negocio altamente lucrativo con una regulación mínima, casi inexistente.
Como la legislación no precisa que el procedimiento debe realizarse en esa entidad y bajo la vieja premisa de que lo que no está prohibido está permitido, los “coyotes” de la reproducción asistida concretan la firma del contrato en Tabasco y se llevan a las mujeres a Cancún y otros sitios de manera clandestina.
Y las autoridades tabasqueñas ni se enteran. La ley está vigente desde 1997. En lo que va de 2013 tienen registro solo de dos nacimientos vía maternidad subrogada, cuando en realidad son muchísimos más.
El texto legal establece que no puede rentarse el útero con fines lucrativos sino altruistas y humanitarios, por lo que el pago a las madres gestantes se supone que sólo es para cubrir los gastos médicos del embarazo.
Con tan inmensas lagunas, el margen para los coyotes es enorme y no hay quien defienda derechos de las personas involucradas. Incluso asoma la cola una posible red de trata de mujeres reclutadas por necesidad económica.
El tema, que mi compañera Ana Lucía Hernández presentó a profundidad en tres estupendos reportajes que transmitimos en Contraportada, debe atraer la atención de las autoridades locales y federales. Las advertencias de GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) y del experto en bioética Arnoldo Kraus deben ser escuchadas.
Se trata de evitar que las maravillas de la ciencia que dan oportunidades legítimas de reproducción asistida terminen convertidas en un espacio más que copan actores ilegales, incluso el crimen organizado.
SACIAMORBOS
El hijo del gobernador da mucho de qué hablar. La ex candidata a la gubernatura y hermana del ex presidente lo acusa de vínculos inconfesables. El gobierno local lo defiende y le exige no difamar. Un recorrido por Facebook muestra al joven con compañías "singulares", en antros lujosos y caros, rodeado de excesos, custodiado por un aparato de seguridad que hasta sus amigos le ponen que "parece el presidente".
En Estados Unidos es posible contratar ese procedimiento en los estados de California y Florida, y lo mismo ocurre en varios países europeos, pero el costo es muy elevado. Tabasco se convierte en un paraíso porque se puede obtener el mismo servicio mucho más barato.
El fenómeno se presenta desde hace varios años en la India, considerado el principal destino del turismo reproductivo. Como allá, en Tabasco las agencias están haciendo un negocio altamente lucrativo con una regulación mínima, casi inexistente.
Como la legislación no precisa que el procedimiento debe realizarse en esa entidad y bajo la vieja premisa de que lo que no está prohibido está permitido, los “coyotes” de la reproducción asistida concretan la firma del contrato en Tabasco y se llevan a las mujeres a Cancún y otros sitios de manera clandestina.
Y las autoridades tabasqueñas ni se enteran. La ley está vigente desde 1997. En lo que va de 2013 tienen registro solo de dos nacimientos vía maternidad subrogada, cuando en realidad son muchísimos más.
El texto legal establece que no puede rentarse el útero con fines lucrativos sino altruistas y humanitarios, por lo que el pago a las madres gestantes se supone que sólo es para cubrir los gastos médicos del embarazo.
Con tan inmensas lagunas, el margen para los coyotes es enorme y no hay quien defienda derechos de las personas involucradas. Incluso asoma la cola una posible red de trata de mujeres reclutadas por necesidad económica.
El tema, que mi compañera Ana Lucía Hernández presentó a profundidad en tres estupendos reportajes que transmitimos en Contraportada, debe atraer la atención de las autoridades locales y federales. Las advertencias de GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) y del experto en bioética Arnoldo Kraus deben ser escuchadas.
Se trata de evitar que las maravillas de la ciencia que dan oportunidades legítimas de reproducción asistida terminen convertidas en un espacio más que copan actores ilegales, incluso el crimen organizado.
SACIAMORBOS
El hijo del gobernador da mucho de qué hablar. La ex candidata a la gubernatura y hermana del ex presidente lo acusa de vínculos inconfesables. El gobierno local lo defiende y le exige no difamar. Un recorrido por Facebook muestra al joven con compañías "singulares", en antros lujosos y caros, rodeado de excesos, custodiado por un aparato de seguridad que hasta sus amigos le ponen que "parece el presidente".
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