viernes, 8 de noviembre de 2013

noviembre 08, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de noviembre.- Las lágrimas de los niños mexicanos comenzaron a salir y a escurrirse por sus rostros. Ese llanto fue el símbolo de una dura derrota, en la que México fue derrocado para no ser más el rey de la categoría Sub-17.

Tricampeonato infantil que se esfumó con una goleada de 3-0 pesado. Impotencia tricolor notable en las posturas cabizbajas de promesas futbolísticas mexicanas que no pudieron ante una Selección de Nigeria que siempre fue más. La resistencia mexicana falló en la gran final de la Copa del Mundo de la categoría.

Debacle que comenzó con un duro latigazo. México había insistido, estaba con posesión de la pelota y hasta coqueteaba con la ventaja. Iván Ochoa se había levantado y ejecutado un cabezazo con la precisión necesaria para irse a gol. Pero no. Una intervención oportuna del portero Alampasu envió el balón al tiro de esquina.


La más clara para México en el primer tiempo fue un remate que el alto portero nigeriano logró sacar por encima de su marco.


Un remate de Taiwo Awoniyi fue bloqueado en una estirada del portero mexicano Raúl Gudiño, otra de las claras jugadas de gol de Nigeria.


El máximo goleador del torneo, el nigeriano Kelechi Iheanacho (10), celebra con sus compañeros el segundo gol que anotó al minuto 55.

Cobró el Tri. Poco más de 10 segundos después, gol de Nigeria. Un contragolpe perfecto, en el que los africanos tuvieron un ataque de tres contra uno obligó a Érick Aguirre a empujar el balón contra su portería (minuto nueve). Error costoso de un equipo nacional que no supo leer la estrategia de su rival.

De a poco, el encuentro comenzó a parecerse en aquel de la ronda de Grupos del Mundial. Ese 6-1 de los africanos hacia los mexicanos volvió a la memoria en Emiratos Árabes Unidos.

Sí, México con mejor posesión de balón, toques cortos y paredes que se quedaban estériles. Nigeria, a lo suyo, con el contragolpe como estandarte, la fortaleza física impuesta y la velocidad como su mayor arma.

Los pupilos del Potro se desmoronaron, se desesperaron, pese al temple que habían mostrados. Buscaron recuperar la memoria y practicar un futbol como el que mostraron ante Italia, Brasil y Argentina en las rondas previas.

Un perfecto cobro de tiro libre de Muhammed puso el tercer gol y definitivo con el que Nigeria obtuvo su cuarto campeonato del mundo. (Getty Images)

Cuando más insistía, los nigerianos fueron crueles rivales. Dispuestos a volver a reinar en el mundo Sub-17 marcaron dos tantos más en el segundo tiempo. Raúl Gudiño, el arquero que había sido figura del Tricolor resultó cómplice de la caída mexicana.

En un disparo lejano, el arquero nacional escupió el balón hacia el centro. La esférica quedó muerta sólo para que Iheanacho empujara. Era el minuto 56, demasiado temprano en la parte complementaria. Golpe que deja una lección que aprender a Gudiño, quien en su crecimiento tendrá que saber que esos balones se "escupen" hacia los costados.

Ya con el partido definido. La goleada nigeriana la puso en un cobro de tiro libre sobre la media luna del área, Muhammed al 81'. Aprovechó la aglomeración en la zona de la barrera para cobra al poste del arquero. Su tiro fue violento, pegó en el metal y para adentro. 3-0 final.

Llegó el último silbatazo y Nigeria explotó en alegría. México subcampeón. Raúl "El Potro" Gutiérrez, técnico tricolor, fue a consolar a sus muchachos. Luego del Mundial que tuvieron, el futbol nacional puede estar tranquilo: hay futuro, pese al dolor de la derrota en la final. (El Universal / CNN)

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