martes, 19 de noviembre de 2013

noviembre 19, 2013
MIAMI, Florida, 19 de noviembre.- Después de cinco días de testimonio en que se narró el odio que Jason Beckman fue acumulando durante años hacia su padre, el comisionado de South Miami Jay Beckman, el jurado sólo necesitó dos horas para llegar a una conclusión.

No fue ningún accidente: Beckman asesinó a su padre, disparándole a quemarropa a la cara con una escopeta de cañón recortado en abril del 2009.

El lunes el jurado encontró culpable a Beckman, de 21 años, de homicidio en primer grado con un arma de fuego. La Fiscalía dijo que buscará que sea sentenciado a cadena perpetua.

Beckman esbozó una mueca cuando el secretario del tribunal leyó el veredicto. Mientras el jurado de 12 personas salía de la sala, el larguirucho joven, miraba hacia el piso, con las manos en los bolsillos y murmurando en voz baja en tanto los guardias de la corte lo esposaban.

El martes, el juez de Miami-Dade Rodney Smith fijará una fecha para la sentencia.

Con el veredicto del lunes se concluyó una dramática tarde de argumentos finales y más de cuatro años de batallas legales.

El asesinato de Beckman, comisionado de South Miami durante tres años, estremeció a la ciudad. El caso fue poco usual, ya que Jason Beckman, que entonces era estudiante la secundaria South Miami High, tiene una forma leve de autismo que se caracteriza por tener los que la padecen una inteligencia por debajo del promedio.

Jason Beckman durante el juicio.

De acuerdo con la Fiscalía, en abril del 2009 el adolescente armó de forma metódica una escopeta de cañón recortado de calibre .12, cargó el arma y entró al baño de la casa de South Miami donde ambos vivían, donde su padre de 52 años tomaba una ducha.


“Levantó la escopeta, le apuntó a la cara y disparó”, le dijo al jurado la fiscal Gail Levine durante los argumentos finales del juicio. “¡BANG!”.

Entonces, la voz de Levine se calmó y le dijo al jurado que incluso semanas antes del crimen, Beckman ya había comenzado a fraguar el plan y la manera en que podría argumentar que había sido de forma accidental.

“No fue un accidente. No fue en defensa propia. No fue un acto de locura”, dijo Levine. “Fue simplemente un asesinato premeditado, a sangre fría”.

Herb Smith, abogado defensor de Beckman alegó que ningún testigo vio a Beckman armar la escopeta y disparar.

Smith citó a un vecino que le dijo al jurado que después del disparo al parecer Beckman gritó, “Oh por Dios, que alguien llame al 911”.

“Haber dicho esas palabras significa que Jason Beckman no intentaba matar a su padre”, dijo Smith.

Los fiscales presentaron a Beckman como una persona que aborrecía abiertamente a su padre y no se ocultaba para decir que quería matarlo.

Un estudiante tras otro, ex compañeros de la secundaria de Beckman, testificaron que el joven odiaba abiertamente a su padre. Un estudiante testificó que Beckman culpó a su padre por la muerte de su madre de cáncer años antes. Varios le dijeron al jurado que Beckman despotricaba sobre la falta de inteligencia de su padre.

Un ex condiscípulo de Beckman declaró que el joven odiaba a su padre por la tolerancia que tenía el comisionado para con los otros. Sin embargo, al jurado no se le permitió escuchar que Beckman decía que no le gustaban las minorías ni los gays.

De igual modo, los estudiantes hablaron de una “Lista” que tenía Beckman, un documento donde el adolescente escribía quiénes eran sus enemigos, en el que su padre siempre ocupaba el primer lugar.

Un testigo clave para la Fiscalía fue la vecina de Beckman Lisa Syren, quien le dijo al jurado que una semana antes del crimen, el entonces adolescente le mostró la escopeta que planeaba utilizar para matar a su padre.

“En ese momento Jason me dijo cómo pensaba matar a su padre y luego hacer que pareciera defensa propia”, le dijo Syren al jurado.

Jay Beckman.


La Fiscalía también presentó a un informante de la cárcel que dijo que Beckman admitió ante él haberle disparado a su padre después que éste hizo un comentario desagradable sobre la actriz Megan Fox. Según el informante, Jay Beckman le dijo a su hijo que “él no sabría qué hacer con ella”, un comentario que enfureció al joven, le dijo el preso al jurado.

Durante el caso, la Fiscalía de Miami-Dade tomó la estratégica decisión de no presentarle al jurado la declaración grabada en video donde Beckman le dijo a la policía que le disparó a su padre de forma accidental, no en defensa propia. Ello obligó a que los abogados de Beckman consideraran que declarara en el estrado de los testigos, aunque finalmente lo convencieron de que no lo hiciera.

“El acusado sabía exactamente lo que hacía”, dijo tras el veredicto Levine, que se encargó del caso junto a la también fiscal Jessica Dobbins.

Los expertos creen que, de haber declarado, a Beckman no le habría ido bien.

Los abogados de Beckman le dijeron al jurado que el joven padece del Síndrome de Asperger, que se caracteriza por la incapacidad de tener relaciones sociales o establecer vínculos estrechos con otras personas. Los fiscales, sin embargo, pudieron argumentar con éxito que ningún experto de la defensa podría afirmar que dicho síndrome contribuyó a que Beckman matara a su padre.

Los abogados de Beckman, Smith y Tara Kawass, declinaron hacer comentarios después del veredicto. (El Nuevo Herald)

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