martes, 5 de noviembre de 2013

noviembre 05, 2013
KABUL, 5 de noviembre.- 'Es fácil saber si la joven era virgen o no', afirma la doctora Siddiqa sobre cómo se llevan a cabo las pruebas de virginidad en los hospitales públicos de Kabul.

Las jóvenes en Afganistán están obligadas a someterse a este tipo de exámenes si se ausentan de casa sin el permiso de su familia, o si en la noche de bodas no sangran tras la primera relación sexual. Incluso en los casos de chicas que huyen del hogar familiar por violencia doméstica y piden ayuda en una comisaría, lo primero que la policía hace con ellas es llevarlas a un centro sanitario para someterlas a esta prueba.

Afganas en Kabul.

'Tienen 72 horas para hacerla', apostilla Soraya Sobrang, responsable de género en la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, que no ve con malos ojos el test de virginidad, aunque se queja de que en algunas provincias no hay personal médico preparado para realizarlo. En cambio, la organización Human Rights Watch ha denunciado que se trata de una aberración. Es la única asociación de defensa de derechos humanos en Afganistán que lo ha hecho. Considera que estos exámenes no tienen ninguna validez científica y vulneran la ley internacional, además de violentar claramente a las mujeres.


Pruebas denigrantes

'A veces la chica no quiere hacerse la prueba, y dos o tres médicos tienen que agarrarla para abrirle las piernas', relata Fátima, otra doctora que también ha hecho estos tipos de exámenes en Kabul y que admite que la situación que se da no es nada agradable. Pero coincide con la médica Siddiqa en que es fácil determinar si una joven era virgen o no por el tipo de desgarro en el himen.

Lo corrobora la doctora Nasrin Oryakhil, directora de la maternidad Malalai en Kabul y presidenta de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Afganistán, quien destaca que estas pruebas no se hacen nunca sin ton ni son. 'Tiene que haber una orden de la policía, que normalmente la solicita por petición expresa de la propia familia de la chica', aclara. 'Además', añade, 'la joven es examinada por tres doctoras y el resultado de la prueba lo corrobora la directora del hospital'. Es decir, no se trata de cualquier cosa, teniendo en cuenta que las relaciones sexuales fuera del matrimonio están castigadas en Afganistán con penas de cárcel de hasta 15 años. El resultado del examen puede determinar que una chica acabe entre rejas o vaya a una casa de acogida.

No hay datos sobre cuántas pruebas de virginidad se practican en el país cada año, aunque todos los profesionales consultados aseguran que 'pocas'. Por ejemplo, en el hospital forense de Kabul se hacen una decena al mes, explica su director, el doctor Faridullah Rahiq, que precisa que él no tiene constancia de las que se pueden llevar a cabo en otros hospitales de la capital. El número ha aumentado en los últimos años, pero lo achaca a que la población de Kabul también ha crecido.

En cambio, Farhad Javid, director en Afganistán de la asociación Marie Stopes International -que trabaja en salud sexual y reproductiva-, lo atribuye al hecho de que ahora la gente es consciente de que puede meterse en problemas si se toma la justicia por su mano. 'Antes mataban directamente a la chica', declara. Y subraya que la idealización de la virginidad ha existido siempre en Afganistán, incluso en la década de los 60, cuando el país era seguro y atraía mucho turismo. 'Hay que formar a los médicos para que entiendan que el himen de una joven se puede romper de forma accidental aunque no mantenga relaciones sexuales', añade.

La importancia de la virginidad la tienen clara incluso los hombres. Algunos chicos solteros consultados -las jovencitas se resisten a hablar sobre este tema- explican que es muy diferente mantener relaciones sexuales con 'niñas' o con 'mujeres', en referencia a si la chica es virgen o no. 'Con las niñas, no lo puedes hacer por delante, porque corres el riesgo de acabar en la cárcel o que te obliguen a casarte con ella', detalla uno.

Otro explica de esta manera cuál es la tradición en Afganistán en la noche de bodas, y cuál fue su propia experiencia: 'Dos mujeres representantes de la familia de la novia y dos de la del novio extienden un pañuelo blanco sobre la cama, y esperan fuera de la habitación para que la pareja consume el matrimonio. Una vez lo ha hecho, el chico sale del dormitorio y va a lavarse, y entonces las mujeres entran para examinar el pañuelo. Pero yo le dije a mi madre que hiciera el favor de no esperar fuera, que se marcharan y que yo ya les enseñaría las pruebas al día siguiente'.

Según Javid, esta tradición la sigue el 99% de los matrimonios en el país y si la chica no sangra en la noche de bodas, empiezan los problemas. 'Normalmente, le pegan antes de llevarla a hacerse la prueba de virginidad. Y si los médicos resuelven que no era virgen, el marido la repudia y la devuelve a su familia'. (EL MUNDO)

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