miércoles, 20 de noviembre de 2013

noviembre 20, 2013
CIUDAD DEL VATICANO, 20 de noviembre.- El Papa Francisco ha pedido a los sacerdotes que no "maltraten" a los fieles cuando administren la confesión, un sacramento que deben ofrecer con "el corazón en paz", durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro.

Así, el Pontífice ha insistido en que "el sacerdote, un hombre que como todos tiene necesidad de misericordia, es, a su vez, instrumento de reconciliación para sus hermanos" por lo que "si no está en esta condición es mejor que no administre este sacramento".


A una semana de haber abrazado y besado a un feligrés con neurofibromatosis en la Plaza de San Pedro, el pontífice hizo lo mismo este miércoles en el Vaticano con un adulto con el rostro totalmente desfigurado. (Zuma Press)

De este modo, ha dedicado su catequesis semanal al perdón de los pecados, que forma parte de la "potestad de las llaves" que Jesús dio a sus Apóstoles. Por ello, ha precisado que los sacerdotes han de tener "el corazón en paz para sembrar esperanza, y humildad para recibir al pecador que se acerca a él como al mismo Jesús".


Además, el Papa ha explicado que "el servicio que el sacerdote presta como ministro, por parte de Dios, para perdonar los pecados es muy delicado" por lo que es necesario tener el corazón en paz para "no maltratar a los fieles". En la misma línea, les ha dicho es importante que sea "manso, benévolo y misericordioso" y que "sepa sembrar esperanza en los corazones y sobretodo sea consciente que el hermano o la hermana que se acerca al sacramento de la reconciliación busca el perdón y lo hace como se acercaban las personas a Jesús para ser curadas".

En su habitual saludo personal a las miles de personas que se congregan cada miércoles a escuchar su audiencia general, Francisco dio un cálido abrazo y bendijo a un hombre desfigurado que se encontraba entre la multitud.

"El sacerdote que no tenga esta disposición de espíritu es mejor que, hasta que no se corrija, no administre este sacramento", ha indicado el Pontífice que ha agregado que "los fieles arrepentidos tienen el derecho de encontrar en los sacerdotes servidores del perdón de Dios".

A su vez, el Papa ha destacado que la Iglesia "no es la dueña del poder y las llaves, sino servidora de la misericordia" del ministerio de la reconciliación a favor de los hombres, que "acompaña su camino de conversión y se alegra siempre de ofrecer este don divino" porque "Dios ha querido que reciban su perdón mediante los ministros de la Comunidad".

También ha destacado que "muchas personas hoy no entienden la dimensión eclesial del perdón, porque domina el individualismo" e incluso los cristianos lo resienten. En este sentido, ha reiterado que "Dios perdona a cada pecador arrepentido, personalmente", al tiempo que cada cristiano está ligado a Cristo y Cristo está unido a la Iglesia".

En esta línea, el Papa ha insistido en que la confesión debe ser apreciada porque "es un don" que cuida, protege y da seguridad en que Dios ha perdonado. Además, ha asegurado que como Dios no se cansa de perdonar tampoco los cristianos deben cansarse de ir a pedir perdón.

De forma improvisada, el Papa ha animado a los fieles a vencer la vergüenza y acudir a confesarse citando un dicho propio de abuelas: "Es mejor ponerse rojo una vez que cien veces amarillo".

El Papa se confiesa porque es pecador
El Papa ha destacado que "también los sacerdotes y los obispos deben confesarse" y, como ya ha dicho en otras ocasiones, el "Papa se confiesa porque es pecador" y todos tienen necesidad de misericordia. Ante aquellos que dicen que quieren confesarse directamente con Dios, el Papa ha insistido que "Dios escucha siempre pero en el sacramento de la Reconciliación manda a un hermano a dar el perdón a nombre de la Iglesia" y esto da "seguridad".

De este modo, ha animado a todos los miembros de la Iglesia ser conscientes de este don que ofrece Dios para apreciarla con sencillez y ha animado a "no olvidarse de que Dios no se cansa nunca de perdonar, a través del ministerio del sacerdote da un abrazo que regenera y permite levantarse y retomar de nuevo el camino".

Durante su saludo a los peregrinos de lengua española se ha detenido en particular en los grupos procedentes de España, Venezuela, Guatemala, Argentina, México y los demás países latinoamericanos.

Al finalizar la audiencia, el Papa ha recordado las víctimas de las inundaciones en la isla italiana de Cerdeña y ha pedido a todos los fieles rezar en silencio por ellos y sus familiares y ha dirigido el rezo de un Ave María para que la Virgen bendiga a los hermanos y hermanas sardos. (EP)

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