domingo, 10 de noviembre de 2013

noviembre 10, 2013
Juan Acuesta Rodríguez

Resulta sumamente lamentable y decepcionante que luego de una reunión y una plática a las autoridades de las comisarías con los funcionarios de nuestro Municipio, Mérida, les hayan dado una falsa esperanza al indicarles que cuando surja alguna situación de emergencia en sus comisarías apretaran el botón rojo que les diera la luz y esperanza de salvar una vida o lo que fuere de sus comisarías mediante el arribo del apoyo que se requiera en ese momento, como es el caso de la ambulancia.
(clic a las actas)

Hoy ya fueron dos los casos reportados y que no han sido atendidos debidamente y que les costó la vida a Jesús Manuel Basto Puch, de Oncán, y a Margarita López Suárez, de San Antonio Hool, creando con esto la incertidumbre, la inconformidad con las autoridades de las propias comisarías y subcomisarías por el engaño de que han sido objeto por esa gente sin escrúpulos encabezada por Renán Barrera Concha, quien sí se pasea por el extranjero y la Feria de Xmatkuil comiendo y probando chocolate con un atavío de chef en su coco.

Creo que si tiene un poco de humildad y de vergüenza, él debe atender estos casos en las propias comisarías y dar la cara.

Los deudos, en algunos casos, han recurrido a la regidora Alejandra Cerón Grajales, quien gestionó apoyo federal para la viuda embarazada del joven Basto Puch, que tardó tres horas agonizando.

No sé si será posible que este Srito. Renán Barrera, que se presume la esperanza del partido blanquiazul, pueda llevar en su camisa un botoncito rojo que lo alerte cuando una comisaría lo requiera porque, de eso sí estoy seguro, que si él y su familia lo requieren serían atendidos no sólo en el mejor hospital de Mérida, sino incluso en el extranjero. 



Todos estos politiquillos o politiqueros explotan la necesidad de la gente humilde tan sólo para llegar a los puestos que anhelan. Ya los veremos en las campañas prometiendo economía, pan, agua y empleos a todos los yucatecos para luego estar solamente en actos políticos y no en aquellos a  los que los obliga su investidura. Son unos sinvergüenzas que viven del erario, saquean al mismo y opacan al mismo pavorreal y a la belleza del penacho de Moctezuma (que, por cierto, está en el extranjero) con sus riquezas y con todo lo obtenido de los recursos que aportamos los ciudadanos y el influyentismo.


No debemos dejarnos engañar con las luminarias que han puesto en la ciudad, que mal que mal, amarillas o blancas, ya estaban instaladas, ocasionando una fuerte erogación en la compra de las nuevas, pudiendo aprovechar ese recurso para otros menesteres de la ciudad (dizque para iluminarla, cuando en varios reductos de la misma seguimos en la oscuridad).

No debemos dejarnos engañar con esa calle 60 norte que con lujo de derroche la han estado haciendo con cemento o concreto, cuando la ciudad, por el rumbo que usted vaya, está llena de baches. Y en todas sus obras ponen "Mérida para todos" cuando en realidad se sirven para ellos y sus causas futuras.

Señor Renán, salga de su cabildo y vaya usted a cada una de las comisarías y subcomisarías y dé la cara, salga usted de su cabildo y pasee por las calles del sur, poniente, oriente y norte para que conozca la realidad de su ciudad. Le pongo un simple ejemplo: por Brisas del Norte, cercanos a la SCT, es una boca de lobo y como ese rumbo hay muchos más y si los menciono no acabaríamos la nota. Pero vaya usted solo, en su vehículo, como si fuese un paseo, no con todos esos borregos y lambiscones que siempre lleva consigo, para que no preparen el lugar que usted va a visitar, que seguramente lo tendrán como si fuera la entrega en un certamen de alfombra roja.

Retomando el principio de la nota, lleve usted un botón en su ropa o donde carambas quiera para que usted lo pueda ver a fin de que la partida de zánganos que gobiernan en su Municipio cumplan con su trabajo, porque para eso se les está pagando y no estamos hablando de salarios mínimos, ni de los empleados de muy abajo. No olvide usted que antes de ser un funcionario es un empleado de la ciudad de Mérida, a la cual tanto ya han desangrado.   

No distraiga al pueblo con circo, maroma y teatro; distraiga al pueblo con obras que en verdad enaltezcan  a la Blanca Ciudad de Mérida y sus comisarías y subcomisarías.