miércoles, 27 de noviembre de 2013

noviembre 27, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 27-XI-13

PRI-Gobierno y PAN la tienen amarrada a “más del 95%”, según me confían dos fuentes de ambos partidos, muy involucradas en la negociación. Los detalles que faltan de la reforma energética no son políticamente delicados: tienen que ver con cuidado del medio ambiente, por ejemplo.

Ya están de acuerdo en lo central: cambiarán la Constitución para dejar abierta la posibilidad de que Petróleos Mexicanos celebre con empresas privadas, nacionales y extranjeras, contratos de utilidad compartida y producción compartida, así como de que el Estado otorgue licencias de explotación de yacimientos, equivalentes a las concesiones.
De esta manera, los entes reguladores que considera crear la reforma —que tendrán muchísimo poder e influencia, y que serán integrados por personas nombradas por el Senado— serán los encargados de determinar, proyecto por proyecto, si lo que más conviene a la política energética mexicana es que Pemex comparta con cierta empresa petrolera privada el dinero que arroje como utilidad la explotación de pozos en aguas superficiales, que dividan la propiedad del producto extraído (el petróleo mismo) a grandes profundidades o de plano endose el riesgo a un tercero.

Para evitar que los partidos de izquierda impugnen la reforma resultante y puedan, en caso de que se apruebe, acudir a una consulta popular para echarla abajo, PAN y PRI buscarán protegerse creando un fondo que tenga vinculación fiscal (como las leyes fiscales no estarían sujetas a consulta popular, estiman que esta argucia les libre de la amenaza del PRD, PT, MC y Morena).

Paralelamente, los senadores están negociando la reforma política. Al cierre de esta columna aún había cosas por “destrabar”: si la autonomía de la Procuraduría General de la República entra en vigor este mismo sexenio, si se desmantelan todos los institutos electorales como punto de partida para renovarlos con el Instituto Nacional Electoral, si éste puede lo mismo atraer investigaciones que revisar decisiones de los órganos locales. Puntos que impulsa Acción Nacional y ante los que el PRI, de entrada, se planta reacio. El PRD luce más bien metiéndole lentitud a esta negociación, con el objetivo de empantanar la energética, que es en la que tienen concentrada su oposición.

Anoche hubo una reunión del más alto nivel entre los negociadores: Jorge Luis Preciado, Roberto Gil y José María Martínez del PAN; Miguel Barbosa y Alejandro Encinas del PRD; Emilio Gamboa y Enrique Burgos, del PRI; así como Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia, por el gobierno.

Son dos reformas trascendentes que van a transformar las reglas económicas y políticas del país. ¿Para bien? Eso lo dirá el tiempo. Lo cierto es que los senadores estarán enviando tan gordas reformas a la Cámara de Diputados cuando en San Lázaro están a 15 días de irse de vacaciones. La siempre explosiva Cámara Baja puede dar al traste con las más sofisticadas negociaciones cupulares… o avalarlas.

SACIAMORBOS

La consulta de Mancera sobre subir el precio del Metro es como la del Papa: ya se sabe el resultado.

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