jueves, 7 de noviembre de 2013

noviembre 07, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de noviembre.- Las imágenes de una avioneta aparentemente estrellada contra el suelo que con orgullo subió un jefe de la Aviación Militar Bolivariana a la red social Twitter han puesto en alerta al Gobierno mexicano. La Secretaría de Relaciones Exteriores ha pedido explicaciones al Ejecutivo venezolano al descubrirse que la aeronave tiene matrícula mexicana, pero 24 horas después de conocerse el suceso los detalles son aún confusos. El último comunicado de Exteriores, en la tarde de este jueves, señala que según ha informado el Gobierno venezolano los ocupantes de la avioneta la "abandonaron antes de la inhabilitación", aunque se desconoce cuántos son y dónde podrían estar.


"Lo que nos comentó el Gobierno de Venezuela de manera oficial es que pidieron a una aeronave que bajara, la condujeron hasta un lugar y al llegar a ella procedieron como lo vienen haciendo, quemaron el aparato", explicó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en una rueda de prensa.


El presidente venezolano, Nicolás Maduro, no ha dado explicaciones sobre la operación, pero en un acto del Gobierno retransmitido de forma obligatoria por radio y televisión ha dicho que son ya 30 las avionetas derribadas por las Fuerzas Armadas por su supuesta vinculación con las redes del narcotráfico, informa Efe. “Vamos a combatir con todo, que lo sepan quienes lo saben y quienes no lo sabían que lo vayan sabiendo”, advirtió.

La aeronave mexicana fue interceptada por sobrevolar territorio venezolano en el Estado de Apure, fronterizo con Colombia, al oeste del país. El jefe del Comando Estratégico Operacional Vladimir Padrino López informó de la operación a través de su perfil en la red social Twitter. “Dia 4Nov 22:36 hrs Cmdo Defensa Aeroespacial @ceofanb detecto e intercepto aeronave Hawker 25 matrícula XBMGM [sic]”.

El avión era propiedad de Jorge Salazar Ochoa, residente en Colima, al este del país, según el certificado de aeronavegabilidad de la Dirección General de Aeronáutica Civil al que ha tenido acceso el diario mexicano Reforma. La base de la avioneta, fabricada en 1969, estaba en la ciudad de Monterrey, al norte.

A principios del pasado 3 de octubre, el propio Maduro anunció que comenzarían a derribar aquellos aviones sospechosos de pertenecer al narcotráfico y que no atendieran las instrucciones de las autoridades venezolanas, en virtud de una ley aprobada por la Asamblea Nacional en 2012. “Que sepa el narcotráfico internacional que cualquier nave que entre en Venezuela va a ser conminada a aterrizar en paz, y si no, va a ser derribada por la aviación militar venezolana”, dijo entonces. Un mes después, el presidente dice que son ya 30 las avionetas caídas en territorio venezolano. (El País)

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