miércoles, 6 de noviembre de 2013

noviembre 06, 2013
MIAMI, 6 de noviembre.- William Potts, el norteamericano acusado de hace casi 30 años secuestrar hacia Cuba un avión comercial que se dirigía a la Florida, llegó la tarde del miércoles a Miami para enfrentar cargos de piratería aérea.

Potts, quien partió desde Cuba en la mañana del miércoles en un vuelo fletado y bajo escolta de las autoridades estadounidenses, está siendo interrogado en la oficina del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) en North Miami Beach. Posteriormente será transferido al Centro de Detención Federal del downtown de Miami.

El ex residente de Nueva Jersey de 56 años de edad podría comparecer por primera vez ante una corte federal el miércoles por la tarde o el jueves.


El estadounidense que secuestró un avión con destino a Cuba hace casi 30 años y se declaró revolucionario regresó a su país natal para enfrentar a la justicia de Estados Unidos. (Reuters)

Potts está acusado de piratería aérea por amenazar con volar el vuelo No. 337 de Piedmont Airlines desde Nueva York a Miami el 27 de marzo de 1984, si el piloto no accedía a desviar el avión hacia La Habana, de acuerdo con los documentos presentados por las autoridades. Le ordenó a la tripulación que desviara el vuelo a Cuba, donde las autoridades no lo recibieron como un compañero revolucionario, sino que lo condenaron por piratería aérea y lo encarcelaron.


Ese 27 de marzo de 1984, Potts había comprado un boleto de ida por $119 bajo el nombre de “William Freeman”, según la declaración jurada emitida por el FBI junto a una orden de arresto criminal.

“Mientras el avión se preparaba para hacer su aproximación final al Aeropuerto Internacional de Miami, un hombre adulto de la raza negra apretó el botón de llamada a las aeromozas y les entregó una nota escrita a mano”, dice la declaración jurada del FBI. “La azafata le echó una mira a la nota, se dio cuenta que contenía la palabra “explosivos” e inmediatamente se la dio al capitán”.

Potts procedió a encerrarse en el baño del avión.

La nota posteriormente fue decomisada por las autoridades cubanas, pero el piloto recuerda su contenido: “Capitán, el teniente Spartacus, un soldado en el Ejército de Liberación Negra (Black Liberation Army). No quiero aterrizar en Miami. Quiero ir al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana”.

“Hay dos artefactos explosivos dentro del avión que yo y dos camaradas hemos colocado”, agregaba la nota, según recuerda el piloto.

Según la declaración jurada del FBI, el escrito de Pott también mencionaba “liberar a sus hermanos y hermanas en Sudáfrica, interferencia del gobierno con los Sandinistas, una demanda de $5 millones y que los pasajeros serían baleados y el avión explotaría si aterrizábamos en Miami”.

Después de que el vuelo de Piedmont Airlines aterrizara en La Habana, las autoridades cubanas abordaron el avión y arrestaron a Pott. Mientras los sacaban del avión, se le cayó del bolsillo una cuenta de electricidad que fue recogida por otro pasajero.

Según se explica en la declaración jurada del FBI, el recibo eléctrico estaba a nombre de una mujer llamada Kay Brown, de Patterson, Nueva Jersey. Posteriormente ella le dijo al FBI que Potts era su sobrino y que le había dado $120 para que le pagara la cuenta de la luz el 26 de marzo de 1984, el día antes del secuestro del avión. Brown también le suministró a los agentes federales una foto de Potts. El FBI uso esta imagen junto a otras cinco fotos similares en una sesión de identificación con otros tres pasajeros del vuelo. Todos identificaron a Potts como el hombre que secuestró el avión.

Luego de aterrizar en la isla, Potts fue acusado de piratería aérea y pagó una condena de 13 años. Después que fue liberado, comenzó una nueva vida en Cuba, se casó, inició una familia y trabajó en la agricultura.

Sin embargo, Potts le dijo a la Associated Press que quería regresar a Estados Unidos al cabo de todos estos años para “cerrar” su caso y enfrentar cargos en Miami.

Potts dijo que al entregarse, esperaba que el tiempo de cárcel que cumplió en Cuba, en una prisión en las afueras de La Habana, pudiera reducir su castigo Estados Unidos.

“Estoy listo para cualquier cosa”, le dijo Potts a la AP el martes, tras hacer arreglos para obtener un pasaporte en la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana. “Desde luego, mi posición es que no cometí el delito y cumplí la condena, y Estados Unidos tiene que reconocer eso”.

Es probable que la suerte de Potts se decida en las próximas semanas. Es casi seguro que la Fiscalía Estatal en Miami buscará mantenerlo detenido mientras se determina si se procede con los cargos originales de piratería aérea.

El miércoles, la Fiscalía Federal y el FBI declinaron hacer comentarios sobre el caso.

El abogado de Miami David Weinstein, ex jefe de la Sección Anti-Terrorismo de la Fiscalía Federal, dijo que los fiscales federales tienen la autoridad para acusar a Potts de piratería aérea y que no tienen obligación bajo la ley de darle crédito por el tiempo que pasó en prisión en Cuba.

“Secuestrar una aeronave en los Estados Unidos y llevársela a Cuba viola las leyes de los dos países soberanos y que haya sido condenado en Cuba no prohíbe que se le abra una causa posteriormente en los Estados Unidos”, dijo Weinstein, citando casos anteriores. “El encausado no tiene derecho a recibir crédito por el período de encarcelamiento cumplido en otro estado soberano”. (elnuevoherald.com)

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